Los grandes peligros de la democracia

MA
/
7 de abril de 2021
/
01:13 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Los grandes peligros de la democracia

(1)

Mario E. Fumero

A lo largo de la historia de la humanidad se han desarrollado diferentes tipos de gobiernos, siendo el más antiguo el hegemónico, a través de la monarquía o el caciquismo. En la época bíblica los reyes de Israel optaron por la monarquía, imitando a los pueblos vecinos, anulando de esta forma el gobierno de jueces, o jurídico.
En el origen de los imperios griego y romano, siempre se buscaba un poder absoluto en manos de aquellos que regían los destinos de las naciones conquistadas. Para los romanos, el emperador era un semidiós, y aunque tenían un senado, siempre el César imponía su criterio.

Fueron los griegos, por medio de sus filósofos, los que establecieron lo que actualmente conocemos como democracia, aunque la misma sucumbió paulatinamente debido al fenómeno del deseo de los gobernantes a tener un poder absoluto.

Una vez caído el imperio romano, el sistema de imposición mediante un líder que actuaba como dictador o emperador, se transformó en lo que se conoció en la Edad Media como las monarquías europeas, delineadas a través de un sistema eclesial, donde un papa obtenía todos los poderes, incluso sobre los mismos reyes que gobernaban Europa, controlando la ciencia, política, economía e incluso las libertades individuales, y si dudan vayan a la historia.

Después de la Reforma Protestante, encabezada por Martín Lutero y como fruto del renacimiento, aparece la Revolución Francesa, la cual destruye los conceptos monárquicos y papales para dar paso a lo que hoy conocemos como democracia, pero esta comenzó a tomar varios matices, según algunas definiciones, respecto a la economía y producción.

Con el nacimiento de la democracia, aparecieron diversos conceptos de gobiernos, como por ejemplo las ideologías de izquierda y las ideologías de derecha, las cuales al mezclarse crearon diversas tendencias, apareciendo un centro izquierda y un centro derecha, y así nacieron muchas corrientes, y con ello, varios partidos políticos. Sin embargo, la democracia sucumbió ante las dictaduras, una de tipo proletariado y otra de tipo militar.
Entre las diferentes corrientes de gobiernos existentes a lo largo de la historia, la democracia parece ser la más valedera y equilibrada, pero, sin embargo, es la más vulnerable a ciertos peligros que pueden deteriorarla o dañarla.

Es bueno definir ¿qué es la democracia? Esta se fundamenta en la opinión de la mayoría para elegir a sus gobernantes, dándole al pueblo la soberanía de decidir su destino, para que así sus gobernantes no se impongan, sino que se elijan de acuerdo con la voluntad popular. Aún dentro del cristianismo existen iglesias con gobiernos hegemónicos, como son el jerárquico; pero también gobiernos democráticos, como es el congregacional, y otros intermedios, como es el del consejo de ancianos o presbiterio, pero todo ello debe descansar sobre una base sólida, “no permitir el poder absoluto”, lo cual constituye la peor amenaza para la convivencia social y espiritual.

Aunque la democracia parece ser el mejor sistema de gobierno, tristemente está sometida a una serie de peligros que la pueden dañar o deteriorar, y es por ello que quiero analizar en estos artículos los grandes peligros que enfrenta la democracia moderna, dentro de nuestra realidad sociocultural, y cuáles son las amenazas que la pueden convertir en un sistema hegemónico, donde tristemente una mayoría arrastrada por el engaño, puede caer en la trampa de una minoría que la puede someter y esclavizar, llevándola a una dictadura solapada, con matices de democracia.

Lo primero que debemos mantener, de forma sana dentro de una democracia, es la independencia de los diferentes poderes del Estado, y no permitir que un gobernante electo o impuesto adquiera el poder de manipular todos los poderes del Estado, que, por regla general, y dentro de un sistema republicano, se divide en tres poderes: un Poder Ejecutivo, un Legislativo y un Judicial. Mientras estos tres poderes se mantengan separados en su autonomía, la democracia será saludable, pero cuando un poder sojuzga al otro, y controla a los demás, estamos ante un deterioro de la democracia, lo que nos puede llevar a una dictadura solapada, que se escuda detrás de una supuesta elección popular.

[email protected]
www.contralaapostaia.com

Más de Columnistas
Lo Más Visto