Infraestructura resiliente ante desastres
Por: Álvaro Sarmiento
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Esta semana nos hemos llevado una grata sorpresa con la noticia económica/empresarial del año, la colocación de US 700 millones de dólares en bonos verdes con vencimiento en el 2029, y un crédito por 300 millones por parte de Corporación Multi Inversiones Energía (CMI Energía). Los bonos tuvieron una sobresuscripción de cinco veces su monto con una demanda superior a los US$ 3,500 millones.
Contar las historias de éxito a nivel empresarial en los países centroamericanos es sumamente importante, refrescante, ejemplar especialmente en áreas como la generación de energía renovable en una época donde lastimosamente los columnistas generalmente nos enfocamos exclusivamente en las malas noticias.
Para ubicarnos, CMI es una corporación que cumple esta año su centenario y que como su nombre lo indica diversifica sus inversiones en negocios de un amplio espectro, desde los famosos restaurantes de pollo (Campero), cadenas de valor de trigo, cereales, pastas, galletas, etc., y por otra parte CMI Capital, con centros comerciales, lotificaciones, y en el caso de Honduras inversión en proyectos de energía como el Parque Eólico del Cerro de Hula con capacidad instalada de 126MW. En energía solar en parques fotovoltaicos en nuestro calurosa y soleada Choluteca.
Básicamente, los bonos verdes que se han colocado en el mercado internacional, indican varias realidades, la primera es la confianza que han mostrado los mercados internacionales en una región tan volátil y compleja como Centroamérica, a pesar de los pesares, esta corporación de origen chapín ha logrado convencer a los inversionistas internacionales para invertir en energías renovables en Centroamérica, una labor nada fácil. Por otro lado la visión regional con las que no ven en el exterior, bastante alejada de la miopía con la que muchos políticos ven a sus propios países. En tercer lugar, desmitificar la creencia que los gobiernos son los generadores de riqueza y de empleos sostenibles.
Gabriela Frías de CNN entrevistó al Enrique Crespo, CEO de CMI Inversiones sobre esta captación de financiamiento y llevó la conversación al campo más bien social y concretamente el efecto de estas operaciones frente a la tragedia de las caravanas y de los niños en la frontera de los EUA. El funcionario de CMI reiteró la necesidad de contar con certeza jurídica y de consecuencias (castigo) para aquellos que no respeten los postulados fundamentales de la inversión, supongo y que se refiere al Estado de derecho, concretamente el respeto a la propiedad privada, libertad, independencia de poderes, libertad de locomoción, etc. Asimismo abogó por la necesidad de contar con sectores privados que crean en un “capitalismo consciente” que genere oportunidades para los inversionistas, colaboradores, comunidad local. Los empresarios buscan esencialmente certeza jurídica.
Evitando el típico prejuicio contra lo empresarial, pienso que CMI busca lo mismo que la señora que vende baleadas en una esquina de La Ceiba, y que con sus ganancias piensa diversificarse y poner otros puntos de venta. Si se pretende que el hondureño no corra los riesgos de la migración a los EUA la única solución sostenible es establecer las condiciones normativas y económicas para convertir a Honduras y Centroamérica en un imán de inversión y claro está, dejar de apostar a que los gobiernos son los generadores de empleos.
