¡Trabajadores de Honduras uníos!

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1 de mayo de 2021
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12:03 am
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¡Trabajadores de Honduras uníos!

Por: Julio Raudales
Economista y sociólogo, vicerrector de la UNAH.

A propósito del Día Internacional del Trabajo, vale la pena hacer una reflexión consciente de lo que pasa en el país. A despecho de lo que dice el título de estas líneas, no voy a basarlas en el exordio acalorado con el que Marx y Engels cerraron su famoso Manifiesto Comunista, no. Por el contrario, trataré de ofrecer, a la luz de lo que nos ha enseñado la ciencia en los últimos 200 años, alguna luz sobre lo que realmente puede ser el origen del bienestar de los trabajadores y trabajadoras en el país.

Resulta siempre patético iniciar cada año y ver cómo autoridades de gobierno, cúpula empresarial y líderes obreros emergen de un cuarto oscuro, alardeando un acuerdo salarial que no beneficiará a nadie.

Da la impresión de que no se entiende la verdadera problemática del país, o que se busca engañar a la gente con una golosina. Peor aún, quizás buscan un placebo que les permita ganar tiempo sin saber que este es nuestro recurso más escaso.

No se necesita ser experto, basta con ver las cifras publicadas por el mismo gobierno, para entender que un incremento del 5% al salario mínimo no ayuda a nadie, repito, a nadie. Es cierto, el país adolece de una política general de salarios y sería bueno tenerla. Pero ese no es el “quid” del asunto.

Todos los estudios publicados sobre la economía hondureña indican que el problema de ingresos del país no pasa por arreglos de tipo salarial sino por la búsqueda de caminos inteligentes para hacer que la torta se haga más grande, de manera que, tanto empresarios como trabajadores puedan tener una mayor tajada.

Y es que, en efecto, Honduras tiene un serio problema para generar riqueza. A pesar de su enorme potencial natural, humano e histórico, el país genera apenas la mitad de los ingresos salvadoreños, la tercera parte de lo que producen los guatemaltecos y apenas la quinta parte de la producción tica. Esto es injusto y debe revertirse.

Hace algunos años integré un equipo técnico liderado por un experto del (IPEA), Instituto de Pesquisa Económica Aplicada del Brasil, con el que luego de una serie de análisis muy detallados basados en las encuestas de hogares publicadas por el INE, llegamos a la conclusión de que hay al menos 3 razones que explican la incapacidad que tenemos en Honduras para generar altos ingresos.

En primer lugar, está la mala calidad de los puestos de trabajo. Es decir, una aseadora o un barbero y aún, una secretaria ejecutiva una maestra o un gerente bancario, ganan menos por el simple hecho de vivir en Honduras, de lo que ganan los mismos oficios en Guatemala, Costa Rica o Panamá.

Esto se explica fundamentalmente por la baja formación de los obreros. Mientras en el país sigan existiendo escuelas con tan solo uno o dos profesores, no habrá ninguna posibilidad de que esta situación mejore. Sin embargo, en vez de atacar frontalmente problemas como este, gastamos nuestro presupuesto en comprar barcos de guerra y aviones de lujo.

El segundo escollo que impide al país generar ingresos abundantes para todos, es el adverso clima de negocios producido principalmente por las trabas burocráticas a la inversión, la corrupción gubernamental, la falta de incentivos y, algo sumamente importante, la no determinación adecuada de los derechos de propiedad. El estudio de IPEA revela que una mejora mínima de un 3% en el régimen de propiedad en el país, podría duplicar los ingresos generales, tanto de empresarios como de trabajadores.

El tercer valladar que impide al país generar más riqueza dado su gran potencial productivo, es el sistema impositivo. Nada más eficaz para dinamitar la rentabilidad de los factores productivos (salarios y utilidades), que un régimen tributario mal diseñado e ineficiente. En Honduras desafortunadamente, exhibimos uno que se gana el primer premio en ambos casos.

El estudio de IPEA señala, además, que tenemos un sistema tributario desordenado, con impuestos y tasas cobrados de manera discrecional, sin considerar el impacto que esta impostura tiene sobre la producción. El gobierno central y las municipalidades tragan recursos cual gigantesco Leviatán que no permite el crecimiento de las empresas, el bienestar de los trabajadores, ni siquiera el desarrollo de la institucionalidad pública.

Será difícil que la gente encuentre los incentivos para quedarse en el país y no salir huyendo hacia los Estados Unidos, si no se atacan con seriedad estos tres grandes problemas, ya que son los que, a la luz de estudios serios, están impidiendo que los hondureños en general tengamos mejores ingresos. Pero lograrlo, requiere de un plan integral que todos estemos dispuestos a ejecutar.

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