Por: Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez
Hoy es uno de los días más sagrados que Dios nos ha dado para vivir y recordar gravado en nuestros corazones, que tendremos siempre en nuestro devenir histórico. Gracias, nuestro Dios, Jehová que vives en nuestros corazones con amor.
¡Madre mía! Tú eres el crepúsculo más hermoso que he visto en mi vida. Eres el amanecer maravilloso, eres la estrella del firmamento junto a nuestro Dios, Jehová. Eres la luz de mi existencia, no hay otra igual sobre la tierra que sea iluminada por los rayos del sol, solo tú madre mía. El amor bajo conceptos diferentes que son enigmas que viven en la vida del hombre y la mujer. “¡Como holocausto!”, acto de abnegación, sacrificio que se hace por amor a una madre.
Madre mía, tú me envolviste mi corazón en tu regazo y abrigaste con tu cuerpo el mío, bien recuerdo que había frío y tus besos con amor de madre dulces como la miel, me consolaba mi llanto en tus rodillas. Mas recuerdo tus miradas y palabras que me decías, “quiere a tus hermanos y respeta a los demás”, para que seas un hombre con luz de Dios en tu corazón. “¡No lo olvides jamás!”.
Madre adorada siempre vives en mi corazón y mi alma vuela en post donde tú estás cerca de Dios, Jehová. (Felicidades a todas las madres en este grandioso día, con existencia de vida). Salutación a las madres con devoción de amor.
No lo olviden: “¡el amor es el único que uno más obtiene mientras más lo da!”.
