“DOCENTES, ADAPTARSE O MORIR”

MA
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5 de octubre de 2021
/
12:25 am
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“DOCENTES, ADAPTARSE O MORIR”

EL buen amigo, director de postgrados de la UNAH, a propósito del lanzamiento de nuestro revolucionario proyecto digital, manda un interesante artículo. Bastante orientador, aunque discutible en uno que otro criterio. Ya es del dominio público que en el Bicentenario de la emancipación política, “en la hora precisa que la Patria se vestía de gala, La Tribuna se revestía de Patria”. Arropada –como gesto simbólico– en la Bandera Nacional, decidimos etiquetar nuestros portales digitales con un emblemático logotipo en azul turquesa, el mítico color de los Mayas. La reingeniería aplicada a lo interno –para no ser candil de la calle y oscuridad de la casa– es lo mismo que hemos insistido que se haga en actividades críticas de la vida nacional. Ello es, la urgente necesidad de readaptación a la nueva realidad. Planteamos –como tarea impostergable–una reforma a fondo del sistema educativo. La revisión tanto de los métodos de enseñanza como de los currículos académicos es ineludible si hemos de convenir que “se educa para un mundo que ya no existe y no se hace para el mundo que estamos viendo emerger”.

Pasando, entonces, al artículo recibido –“Docentes Universitarios en la Era Digital: Adaptarse o Morir”–tomamos algunos conceptos: “Los días del profesor universitario que da la lección magistral se han acabado”. “Puede ser peligroso tener docentes analógicos, ciegos a los cambios que suceden en su entorno y desconectados de la realidad”. “Sobre todo cuando están en sus manos los profesionales del futuro y estos sí deben tener las capacidades digitales desarrolladas cuando finalizan sus estudios”. “Los cambios vienen rápidos y son muchos los educadores a los que les ha atrapado la brecha, no solo la digital, sino la generacional”. “Y no es cuestión de edad, como muchos apuntan en cuanto a las nuevas generaciones que nacen digitales, sino que es un elemento de actitud, de querer evolucionar con la sociedad que nos rodea, de curiosidad, de perseguir, mejorar y aprender, de vocación”. “La docencia se debe adaptar a los cambios”. “Las competencias, el cambio, la creatividad y la innovación van a ser elementos fijos en su futuro, deben trabajarlo desde la infancia y, por supuesto, a lo largo de su vida académica”. “El problema pasa por los docentes que no lo ven”. “En muchas carreras existe un cúmulo de contenidos obsoletos y el docente debe evolucionar y preparar material de acuerdo a la sociedad en la que vivimos”. “Un grave problema de las universidades es qué hacer con todos aquellos docentes que no se reciclan y cuyas asignaturas carecen de sentido”.

“No es cuestión de edad sino de actitud, de querer evolucionar con la sociedad, de curiosidad, de perseguir, mejorar y aprender, de vocación”. “Cuando se fusionan lo online y lo físico en el entorno de aprendizaje, cuando el docente logra el equilibrio entre su yo del aula y su yo digital, cuando se hace accesible para los alumnos provocando el espacio ideal para la enseñanza sin importar si el espacio es físico o virtual es cuando podemos decir que el docente ha mutado digitalmente”. (Hasta aquí las citas del artículo). A criterio nuestro –aportando análisis en lo que el artículo se quedó corto– todo proceso evolutivo, así como todo organismo sano, requiere de un equilibrio. Entre ciertos valores del pasado –que deben conservarse– como complemento a la inercia cambiante del presente. No basta con “digitalizarse”. El proceso de adaptación va mucho más allá. Es necesario hacer converger los planes académicos con la demanda de trabajos del presente y del futuro. Todo este tiempo atrás ya existía una inmensa brecha entre lo que enseñan las escuelas y las universidades con las exigencias del mercado laboral. Solo aproximar esa abismal distancia requiere de un extraordinario y sesudo emprendimiento. Hecho, no como suelen improvisar, sino en forma metódica e inteligente. Aparte que no se trata solo de preparar para el mercado doméstico. Sino de preparar el mercado doméstico para que sea competitivo en el entorno y con el resto del mundo. Anticipándose. El mercado laboral será volátil e incierto en los próximos años. No habrá preparación para un trabajo que dure toda la vida, a menos que sea preparación emocional. El país –el sector público y el sector empresarial–deben invertir en dar reentrenamiento. (Nada mal le caería al Sisimite que en la remota empinada le pongan Internet).

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