Las elecciones del 28 de noviembre

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23 de noviembre de 2021
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12:36 am
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Las elecciones del 28 de noviembre

Rafael Delgado

De acuerdo con las tendencias de opinión pública que han sido divulgadas, mucho indica que el Partido Nacional perderá las elecciones. Por ello, si esto ocurre, no será ninguna sorpresa. Más bien lo contrario, es decir un supuesto triunfo de la actual cúpula gobernante, no cuadraría en el ambiente actual que se vive en Honduras. En este sentido, Xiomara Castro con su alianza con el PSH, PINU y muchos liberales es la que encabeza. Después viene Asfura, esperando que la poderosa maquinaria del Partido Nacional a lo largo y ancho del país, accionando con los fondos públicos, funcione el día de las elecciones. Muy atrás sigue Yani Rosenthal, con su proyecto personal, intentando desviar sus evidentes debilidades que lo descalifican y así al menos captar el voto de algunos fuertes bastiones liberales dirigidos por alcaldes.

Realmente no hay nada significativo que se pueda acreditar a la cuenta de los nacionalistas para poder esperar un desenlace exitoso para sus candidatos. Los hondureños hemos vivido en un ambiente sumamente alterado por los desastres políticos y económicos gestados desde la cúpula que develó su carácter corrupto y negligente desde un principio. La lista de eventos nefastos, escándalos y sucesos bochornosos es larguísima y plasman, uno a uno, el espíritu con el que se gobernó durante estos años. No hay que olvidarlo: todo lo acontecido antes de los gobiernos nacionalistas palidece, ante los niveles que se observaron en los últimos 12 años en materia de despilfarro, abuso de autoridad y destrucción del Estado de derecho. Esta nefasta era para el país la inauguró “Pepe” Lobo con su proverbial desfachatez en el manejo de los asuntos públicos. Le siguió su heredero Juan Orlando Hernández, dispuesto desde los inicios de su carrera política a saltarse cualquier tranca, con quien continuó y se profundizó la crisis del país.

Las elecciones nuevamente serán una fecha de suma importancia para el país. La misión consiste en elegir un presidente muy diferente a los que hemos tenido hasta ahora. Se trata de tener en la más alta posición del país a alguien que maneje los asuntos públicos con criterios democráticos, debiéndose solamente a los intereses nacionales y a los más necesitados, ejecutando cada obra, dando cada paso, con sobradas muestras de respeto a las leyes. Evidentemente se trata además de la correcta integración de un equipo que desde el Poder Ejecutivo deberán dirigir los destinos del país de acuerdo a lo que en los últimos años se ha identificado como necesario desde la oposición. Adicionalmente, tiene un enorme significado elegir un Congreso Nacional con representantes auténticos de la ciudadanía, capaces de darle un giro fundamental a los asuntos legislativos: que el Congreso Nacional ya no sea refugio de narcotraficantes, que no sea espacio donde los traficantes de influencias estén a sus anchas, que no sea una cámara donde se destruyan los proyectos por democratizar el país. Además, se trata de evitar un Congreso Nacional alineado incondicionalmente a cualquier cúpula gobernante, lo que sería fatal para el futuro del país. Por ello la exigencia es elegir reflexivamente para constituir un Poder Legislativo independiente que emprende las tareas de legislar enmarcados con un verdadero espíritu democrático y que proceda a nombrar las autoridades como la Corte Suprema de Justicia y el Fiscal de una forma muy diferente a la que en el pasado se han acostumbrado.

Estos últimos días la cúpula gobernante quemará sus últimos cohetes. La campaña de desprestigio contra la oposición continuará. Las intenciones por desvirtuar la voluntad popular están allí y sus mecanismos no han sido desactivados. Desde el gobierno seguirán utilizando el dinero para comprar conciencias en todo el país. Se seguirán entregando bonos a los necesitados hondureños que quizás pasan por alto que lo mucho que se les ha robado en estos años les ha privado de lo básico en educación y salud, siendo muchas veces mayor ese monto que el bono que invita a seguir votando por los mismos que ya solamente pocos quieren.

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