La Navidad de los “olvidados” en Honduras

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24 de diciembre de 2021
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12:36 am
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La Navidad de los “olvidados” en Honduras

Ivonne Tábora
Lic. en Periodismo

La mejor época del año, sin duda alguna, la Navidad, una fiesta cristiana que marca el nacimiento de Jesús de Nazareth, un tiempo especial en el que la mayoría de las familias se reúnen para la cena de Nochebuena y compartir momentos, ricos nacatamales, lucir sus mejores estrenos, intercambiar regalos, etc.
Lamentablemente no todos pueden celebrar este tiempo, y es la otra cara de la Navidad en Honduras, la de los que no tienen, los pobres, los “olvidados”, que por cierto han aumentado en nuestro país en las últimas décadas, podríamos decir que se han multiplicado.

Con el cierre de la economía a causa de la pandemia, muchas familias perdieron sus empleos e ingresos y el impacto no solo fue en las grandes ciudades, sino también en el interior del país, además esto provocó un crecimiento en la pobreza, esto ha obligado a miles de niños y niñas a abandonar la escuela, para ponerse a trabajar, de allí el aumento de la mendicidad en las calles, y tristemente de forma generacional.
Hace unos días, en un semáforo de la capital, se me acercó una joven que tengo años de verla limpiando vidrios de los carros que pasan por esa vía, se ha dedicado toda su vida a eso, ahora es acompañada por sus menores hijas, una de 3, 5 y otra de 6 años, las tres se dedican a la mendicidad y andaban con una cajita pidiendo las pascuas.

Esta es nuestra triste realidad, la de los olvidados, por todos, ante la falta de oportunidades y empleos, que ha venido a provocar una crisis y que en algunos casos solo queda en ellos, una leve esperanza, que el año 2022, podría ser mejor.

Pienso que la celebración de Navidad, cada día está más lejos y ajena de su significado real, o su verdadero origen histórico y religioso, solo observemos los centros comerciales llenos hasta más no poder, se hacen largas filas para entrar a tiendas de ropa, el consumismo en su máximo esplendor, el cual no tiene relación alguna con el verdadero propósito de la Nochebuena.

Ya en el Evangelio está claro, que no se puede profesar una religión sin pensar en los pobres, pues Jesús está impregnado de ellos, porque aun siendo rico y poderoso, Él se hizo pobre. Creo que es urgente reconocer que Dios está en los más necesitados y el verdadero pesebre, no es el que colocamos en las casas, o el que observamos en los comercios, que solamente aparece como decoración, esos son solo figuras, el genuino fue muy humilde.

Me parece que en vez de preocuparse tanto en qué vestir o qué comer en esta Navidad, como buenos cristianos hay que preguntarse qué se puede hacer por los que menos tienen, especialmente por los más pequeños, ser solidarios y prestarnos al servicio de los demás.

Para muchos este tiempo pasará sin mayor emoción, especialmente cuando el país fue severamente golpeado por la pandemia, también esto provocó altos índices en el trabajo infantil, además las cifras aumentaron en el tema de indigencia en menores, a nivel de Latinoamérica.
Ya a nivel mundial este fenómeno impacta, pues quita a los niños y niñas su infancia y su oportunidad de desarrollarse en muchos ámbitos, la Organización Internacional del Trabajo, estima que hay alrededor de 160 millones de niños trabajando en todo el mundo, y en Honduras rondan en más de 8 mil niños y niñas, lamentablemente.

Mientras no tomen acciones más empáticas y severas las autoridades, en torno al tema y se creen políticas públicas enfocadas a mejorar la vida de los menos favorecidos y proveer oportunidades, especialmente a la niñez, continuaremos con este flagelo, pero pienso que, a corto plazo, podemos contribuir en esta época de Navidad, recolectando víveres, ropa, juguetes, compartiendo lo mucho que Dios nos ha dado, con los llamados “olvidados”.

Pongamos en práctica el principal objetivo de la Navidad, preparar el corazón para celebrar el nacimiento de Jesús y practiquemos la solidaridad con nuestros hermanos desprotegidos.

“Las manos que ayudan, son más nobles que los labios que rezan”, lo dijo el gran líder y orador Estadounidense Robert Ingersoll.

¡Feliz Navidad!

@IvonneTabora
[email protected]

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