100 días de fracaso

MA
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3 de mayo de 2022
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12:51 am
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100 días de fracaso

Nery Alexis Gaitán

Están por cumplirse los 100 días del gobierno de la señora Castro Sarmiento. Como buen hondureño, le deseo el mayor de los éxitos en su gestión de cuatro años para que beneficie a los más necesitados, ya que las carencias son muchas y la economía no está en su mejor momento, debido a las tormentas tropicales, la pandemia; y, sobre todo, por la nefasta corrupción.

Desafortunadamente, lo que ha hecho hasta el momento solo refleja una incapacidad extrema al frente del gobierno. Si es que en realidad es ella la que gobierna y no su marido, que a todas luces es quien detenta el poder. Todo se hace según su real voluntad; y la señora solo ejecuta lo que se le ordena.

Sin importar quién gobierne, porque eso es lo de menos, lo que en verdad importa para todos los hondureños son los resultados positivos. Los que de momento no se vislumbran. A este gobierno se le aplica la máxima de que “lo que antes era malo, ahora es bueno”. Veamos:

Lo que salta a la vista, es que desde el inicio de su gobierno demostró el irrespeto a los demás poderes del Estado, imponiendo al presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, que de momento continúa de forma ilegal en el cargo. Y lo primero que este hizo fue legislar una amnistía política para proteger a delincuentes, aumentando la impunidad en el país. También miente al decir que derogaron las ZEDE, ya que mientras no se ratifiquen en la siguiente legislatura están vigentes. Y no pueden eliminar las que hay o enfrentarán demandas millonarias. También ha derogado el empleo por hora, aumentando el desempleo, pero eso no le importa.
Están tocando la misma canción corrupta, eliminaron el fondo departamental y crearon el Fondo Social, la misma mona en diferente rama. Y, para variar, los diputados no se han bajado los sueldos, tal como lo prometieron.
La señora criticó duramente el nepotismo y lo primero que hizo fue nombrar a toda su familia, sobrinos, yernos, en importantes cargos en el gobierno, con sueldos estratosféricos, que son una humillación para los pobres que aguantan hambre en nuestro país. También ha nombrado decenas de asesores. El derroche de un presupuesto, ya golpeado, y de remate aumentado, es la característica de su gestión.

El no haber aplicado hasta el momento una política económica eficiente, ha resultado en que se haya agudizado la crisis económica; se dispararon los precios de los combustibles, lo de la guerra es una justificación que no es del todo cierta; los productos de la canasta básica aumentan cada día; el precio de las tortillas y el pan casi toca el cielo.

Ya se incrementó el pasaje de los buses y de los taxis; los valores de la factura eléctrica no son reales ni corresponden al consumo que la ciudadanía hace en sus hogares; la tal condonación resulta más onerosa para la clase media, quien tiene que subsidiar la energía que está “regalando”.
Como no hay la intención de enfrentar la criminalidad y la violencia, esta se ha incrementado. Y, de remate, ha mandado a los militares a los cuarteles, quedando la ciudadanía desprotegida.
La Presidente se ha dado a la tarea de despedir a miles de empleados públicos porque no son de Libre. Y sus allegados amenazan a los empleados que si no se van, o demandan al Estado por sus derechos laborales, los hostigarán terriblemente y les inventarán delitos.

Este es el sombrío panorama de este gobierno, en donde lo que impera es la improvisación y el incumplimiento de las promesas de campaña. A todas luces se percibe que no estaban preparados para gobernar. Si se enfocaran en atraer inversionistas para generar nuevas fuentes de trabajo, y no eliminarlas, en algo mejoraría la situación de los pobres, que son la mayoría.

¡Los hondureños merecemos tener un gobierno honesto y eficiente!

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