Noé Pineda Portillo
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El problema más candente y el más visible para Estados Unidos de parte de Centroamérica y como consecuencia para México, es la corriente de población migratoria. Estados Unidos bien sabe de dónde deriva nuestra pobreza y la falta de desarrollo, sin embargo, nunca ha querido entenderlo. Para nuestro desarrollo, siempre se ha dicho, ha sido la falta de inversión.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y su ministro de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard (posible sucesor de AMLO), han dicho en reiteradas ocasiones que mientras EEUU, no invierta como se debe en Centroamérica, especialmente en el Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), para promover proyectos y fuentes de trabajo, el problema migratorio, siempre seguirá siendo “la piedra en el zapato”. Recordamos, cuando la Revolución Cubana de Fidel Castro, en los años 60, el líder cubano manifestaba que América Latina, lo que necesitaba de Estados Unidos, era una fuerte inversión en proyectos de desarrollo de miles de millones de dólares y los problemas de pobreza se minimizarían. Hoy lo está reviviendo México parcialmente para la región más pobre de América y esperemos se oiga esa voz apaciguadora y fraternal.
No podemos negar la fraternidad y hospitalidad brindada por México, pero la presión de Estados Unidos por detener la corriente migratoria, más los problemas que representan las multitudes que frecuentan su territorio, hace que la población local se exaspere en sus ánimos y resulte en choques territoriales. Según el presidente mexicano. “No se puede resolver un problema social solo con medidas coercitivas, se tiene que atender la causa, se está buscando convencer al gobierno de Estados Unidos para que se invierta en el desarrollo en Centroamérica”. También reiteró que permitiera el crecimiento productivo de América del Norte y con ello se dejaría de rechazar “a diestra y siniestra” a inmigrantes indocumentados.
Recientemente, específicamente el 3 de mayo, Día de la Cruz, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, se reunió en Washington con el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas y con el Secretario de Estado, Antony Blinken para abordar la situación migratoria en la región y preparar la Cumbre de las Américas el próximos mes de junio en Los Ángeles (California).
Ebrard explicó que los funcionarios estadounidenses “tienen la perspectiva de que aumente el flujo migratorio” si en mayo se levanta el Titulo 42”, la política utilizada para expulsar en caliente a los migrantes con el pretexto de la pandemia de covid-19”. Ante esto, la propuesta de México “pasa por redoblar los esfuerzos de creación de empleo y oportunidades en Honduras, El Salvador y Guatemala, a fin de que sus ciudadanos no se vean obligados a salir de sus países en dirección a Estados Unidos. Y esto, tiene que ser un asunto a corto plazo, no a largo plazo”.
Si todo esto se hubiera hecho con antelación, cuánto problema no tendríamos resuelto a estas alturas. Pero, más vale ahora que nunca.
