Las viejas prácticas del nepotismo

MA
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30 de mayo de 2023
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12:52 am
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Las viejas prácticas del nepotismo

Rafael Delgado

El nepotismo es un viejo problema del sistema político de nuestros maltratados países, pero por ello no debe considerarse normal o aceptable. Si nos remontamos a la historia política del país encontraremos en diferentes momentos evidencias suficientes de ello y de su perjuicio para el país. La primera que registro es la denuncia que hizo José Cecilio del Valle hace aproximadamente 200 años. En la coyuntura de la independencia centroamericana en su diario, El Amigo de la Patria, publicó un listado donde se identificaban 64 personas de la misma familia con sus respectivos salarios, dispersas ocupando altos puestos en las diferentes instituciones de la administración colonial de Centroamérica. Con su característico estilo tranquilo, indicó que la intención de hacer ese listado no era agraviar a los funcionarios, sino en palabras propias de él, llamar la atención sobre la acumulación de tantos empleos, la aglomeración de tantos sueldos, el hacinamiento de tantos derechos en individuos que por sus enlaces forman una sola familia y que además de eso se alineaba falsamente a las causas de la independencia con el objetivo de mantener sus privilegios.

Independientemente de las causas e ideologías que defienda la familia, la cúpula o el círculo político, la práctica de emplear a los parientes cercanos es perjudicial para el funcionamiento del Estado. Los que llegan a ascender en las posiciones dentro de la política impulsados mayormente por los vínculos de parentesco, podrán ser fieles funcionarios, argumento que generalmente se lanza para justificar esa práctica, pero no necesariamente serán los más capaces, ni profesionalmente ni políticamente, para desempeñarse contra los complicados y arraigados problemas de esta nación. Es más, ante la debilidad institucional prevaleciente es muy probable que sus acciones finalmente, en los complicados momentos, estarán enmarcadas precisamente en eso, en la lealtad al líder, pero no ceñidas a la ley y al espíritu democrático; abriéndose así las puertas de par en par a otras cosas entre ellas la corrupción. No es de extrañarse por ende que en ambientes de debilidad institucional y de nepotismo los que suben primordialmente por la coyuntura del vínculo familiar terminarán amasando fortunas mal habidas y envueltos tras los años en graves acusaciones por sus ejecutorias como funcionarios.

El problema del nepotismo nace desde los partidos políticos y precisamente de sus corrientes internas. Allí se permiten y se desarrollan las peores prácticas que se transmiten con sus efectos hasta la elección de las autoridades y la conformación del equipo de gobierno. De las prácticas de hacer fraude a los correligionarios de las otras corrientes, justificadas con los más absurdos argumentos, ya se ha escrito muchísimo y se conoce de su potencial destructivo para los mismos partidos. De las prácticas de llenar las posiciones de cargos a elección popular, así como la conformación de los equipos de gobierno con los leales y parientes ha sido menos controversial ya que se esgrime la falsa potestad que tiene cada dueño de corriente y presidente electo de conformar sus planillas y sus equipos a su antojo en el marco de lo que la ley, hecha al criterio de las cúpulas políticas, permite.

El nepotismo en sus diferentes variantes no debe tolerarse y si los partidos políticos no tienen los filtros para ello, la opinión pública y sus organizaciones deben de encargarse de ello: señalar con nombre y apellido la concentración del poder político en estrechas cúpulas y grupos familiares. Lo que argumentos que se lanzan para defender lo que ocurre suena a lo mismo de siempre: a que la trampa ya está legalizada. Por ello eso de que la parentela no está enchambada con el pariente, sino que en otra organización, es un argumento que recuerda precisamente eso, que las leyes fueron hechas para permitir lo que no debería ser permitido. Mientras tanto el sabio Valle, retratado en hermosos frescos y pinturas en Casa Presidencial, seguirá allí pensativo viendo lo que sigue ocurriendo pese a sus advertencias y a las muestras superficiales de honra que generalmente se hacen desde el poder político a su memoria.

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