Mario E. Fumero
En el mundo se calcula que hay más de 4 millones de niñas que corren el riesgo de ser víctima de la ablación del clítoris, y según informe de la UNFPA[1] un organismo de las Naciones Unidas, las estadísticas establecen que esta tendencia de mutilación genital en las niñas es cada vez más frecuente en algunos países de África y Asia.
Esta práctica, sobre todo en niñas que se encuentran entre la edad infantil y los 15 años se considera un genocidio sexual, ya que cualesquiera formas de la mutilación genital femenina constituye una violación de los derechos humanos fundamentales de las niñas y las mujeres, entre los que se incluyen el derecho a la salud, a la seguridad y a la dignidad.
Sin embargo, ese organismo de las Naciones Unidas que condena estos actos, hipócritamente promueve y apoya la ideología de género que actualmente trata de inducir a los gobiernos a modificar la identidad sexual de los niños después de los 4 años, para que busque el sexo que deseen, el cual siendo contrario a su naturaleza biológica, se puede modificar mediante tratamiento de hormonas, e incluso de operaciones que tratan de fabricar penes en donde hay vagina y vagina en donde hay pene, lo cual es otro tipo de genocidio sexual, pero en este caso, cuenta con el beneplácito de la agenda 2030 y de la llamada ideología de género.
En los Estados Unidos, principalmente en el estado de Washington y en aquellos estados donde gobierna el partido demócrata, se han aprobado leyes para según dicen; “ayudarán a los niños y preadolescentes que se sienten atrapados en un cuerpo equivocado, el poder modificar su sexo” razón por la cual, están recibiendo tratamiento para cambiarse de sexo, lo que indudablemente también envuelve mutilaciones y tratamiento de hormonas, que de alguna manera producirán efecto chocante contra los factores genéticos de su identidad biológica, sin embargo, a esto no se le llama mutilación sexual, sino un procedimiento normal, muy parecido a los países que practican la ablación o mutilación genital, pero en este caso no solamente será a las mujeres sino también a los varones.
Varios Estados de la unión norteamericana se han opuesto abiertamente a este procedimiento de cambio de sexo en los menores de edad, y han emitido leyes que prohíben su implementación. Tres senadores republicanos del Estado de Texas presentaron un proyecto de ley que equipará la atención de salud sobre la modificación del género como la mutilación genital femenina (MGF), ampliando el concepto a “mutilación sexual” en un intento de criminalizar los servicios médicos para la juventud trans y de género diverso, aprobados y promovidos por el gobierno federal en donde abiertamente el presidente Biden promueve todos estos movimientos. El proyecto de ley clasificado SB249 modifica el código de salud y seguridad de Texas, estableciendo cualquier cirugía de modificación de sexo como un delito real de “mutilación genital” contra personas menores de 18 años, aunque el asunto se debate todavía en las cortes estatales y federales.
No solo el estado de Texas se opone a las modificaciones genéticas de los menores, hay más de 14 estados, principalmente de gobernadores republicanos, que objetan esta ley que lleva a los menores de edad a buscar modificar su identidad original. En este caso, los organismos de las Naciones Unidas y de los derechos humanos no dicen nada, porque tristemente tienen una doble moral, ya que ellos mismos están detrás de esta agenda que quiere alterar todo lo normal para establecer una sociedad diluida en una serie de valores abstractos, con el fin de destruir la familia y ejecutar el plan macabro de la reducción de la población mundial. Yo espero que esta idea descabellada no llegue a nuestro país, aunque una vez que aceptemos la ideología de género, será inevitable todo lo demás.
