Dirigido por la actividad de Dani Olmo e impulsado hacia la victoria por un polémico penalti que anotó él mismo, el Leipzig resolvió su duelo de este viernes contra el Augsburgo (2-1) con dos goles en un tramo de seis minutos antes del descanso para insistir en la persecución del líder, el Bayern, más allá del susto final que promovió el 2-1 de su oponente.