MSC Rafael Maradiaga
Así mismo, actualmente, la noción de política exterior constituye un instrumento de cooperación y entendimiento entre los países de la comunidad internacional para manifestar, defender y armonizar sus intereses con demás estados, pero para poder dirigirla de una manera eficaz y eficiente se han de utilizar estrategias precisas que los estados necesitan, a través de sus medios, recursos y capacidades, estableciendo políticas que permitan su aplicación.
“El poder constituye un medio a través del cual los actores se re- lacionan unos con otros tratando de influenciar su conducta. Implica, pues, posesión, concretamente la posesión de una serie de recursos que fundamentan en mayor o menor medida la habilidad o capacidad de un actor para actuar en las relaciones internacionales” (Arenal).
Históricamente, en el campo de las Relaciones Internacionales han existido dos estrategias de poder que se han utilizado para ejercer algún tipo de in-fluencia sobre otros actores del sistema internacional, el pri- mero es el “poder duro” que involucra el uso de la fuerza militar y la economía y el segundo denominado “Poder blando” que involucra la práctica razonable de la política exterior, psicosociales y las relaciones diplomáticas de un Estado.
El término poder duro describe la capacidad de una nación o de un cuerpo político de utilizar incentivos económicos o la fuerza militar para influir en el comportamiento de otros actores. Este poder está vinculado con la posesión de determinados recursos tangibles, como población, territorio, recursos naturales, la fuerza económica y militar, entre otros. El poder duro es definido por la utilización de esos recursos para estimular el comportamiento de otras entidades.
El poder político se basa en la posibilidad de ejercer la coacción, de usar la fuerza legal, lo cual equivale a la aplicación de la ley misma, pues ese poder político está juridificado.
El poder psicosocial es el análisis de la función ideológica del cono- cimiento como recurso en el ejercicio del poder social. Es el discurso político que legitima o valida un mecanismo de poder por parte de quie- nes usan a la psicología para ponerla al servicio de intereses políticos o ideológicos
El poder económico es el dominio e influencia que tiene una persona o un grupo de personas por el hecho de poseer un elevado volumen de recursos, su influencia en la economía y política internacional, viene medido, entre otros aspectos, en función de sus recursos naturales y humanos, de su volumen de comercio, de su grado de industrialización y de su nivel de renta
El poder militar indica el nivel de desarrollo de la defensa y tecnología bélica de un país comparada con el de otros países basados en factores como el flujo de recursos, cantidad y tecnología del equipamiento, la cantidad de efectivos, la estabilidad financiera y política, la población de cada Estado, entre otros.
El uso del “poder blando” presenta dificultades porque los estados no tienen completo control sobre la situación y les toma un mayor tiempo desarrollar las capacidades convenientes. Por el otro lado el uso del po- der duro o el ejercicio de la fuerza es peligroso, costoso para los países y es vigorosamente regulado por el Derecho Internacional, en especial la Carta de las Naciones Unidas. Tomando en cuenta estos factores, el surgimiento de nuevos actores internacionales, las nuevas amenazas y el proceso de la globalización donde la economía, la tecnología y la educación que toman un mayor apogeo, relegando otros factores como el poderío militar, se hace necesario que los estados indaguen en nuevas estrategias para la mejor formulación y ejecución de su política exterior. Es por ello que existe una necesidad de estudiar nuevas estrategias que influyen en la política exterior, siendo una de ellas la estrategia del “poder inteligente”.