Para Tata hasta el cielo, Ricardo Alonzo Oliva Herrera

ZV
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13 de febrero de 2020
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12:01 am
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Para Tata hasta el cielo, Ricardo Alonzo Oliva Herrera

Tata, nuestro motor de vida, yo sé que estás aquí, te veo al cerrar mis ojos y te siento al pasar el viento, no te fuiste lejos, estás en tu hogar, vives en mi memoria, no te fuiste del todo, estás presente en todos nosotros que tenemos tus genes.

Gracias Tata por los momentos inolvidables que nos dejaste, marcaste una huella en el corazón de todos siendo el hombre más respetable que han podido conocer y para muchos un amigo del alma, un hombre totalmente entregado a su familia y amistades.

En vida demostraste que fuiste un padre, hermano, abuelo, tío, primo y cuñado ejemplar y de sabias palabras, a pesar de que cada vez oías menos, caminabas más lento y a veces tropezabas, aún con las fisuras de tu memoria, nada de eso hacía atenuar la luz de tu radiante sonrisa, disimulaba la incertidumbre sus pasos y llevaba la compostura de sus años mozos.

En este último proyecto de vida aprendimos a retroceder a la niñez, a ponerle los calzoncillos con tanto amor como los pañales, a pesar de tu condición te convertías en nuestra fuente de amor incondicional, te hacía falta el aire y utilizabas tus últimos respiros para expresarnos cuánto nos amabas.

Siempre te recordaré con tu cabello color plata, con una sonrisa humana que en tus momentos más duros de lucha nos llenaba de esperanzas, un fuerte y cálido apretón de manos para no olvidar que estabas allí, tus ojos expresivos que brotaban lágrimas puras cuando nos veías y unos labios recién humedecidos listos para dar sus últimos besos, besos que te besaban hasta el alma, eras alto y fuerte como un roble. Tu mirada reflejaba sabiduría, compasión, fe y amor puro.

El amor a veces es sinónimo de sacrificio, contigo lo vivimos, tus fuerzas eran inalcanzables pero tenían nombres y apellidos sobre todo acompañado por la gracia y misericordia divina de Dios, fuiste un campeón, luchaste hasta más no poder cada segundo de tu vida, no lo dudes.

Todo en la vida de un ser humano tiene un tiempo y cumple un ciclo, querido Tata, lo hiciste a tu manera, el amor hacia nosotros fue el regalo más grande que pudiste dejar a nuestra generación. Fuiste tú quién me enseñó el verdadero significado de amor y lealtad hacia Dios y a nuestros seres queridos, tus principios y valores de humildad, justicia, gratitud, honradez, prudencia, nobleza y respeto siempre estarán presentes, remarcabas la importancia de siempre hacer el bien y de dar al que no tiene, de ayudar al que lo necesita, de amar y vivir la vida como si fuera nuestro último día en este lugar terrestre, de dar gracias a Dios por todas las cosas y la unión, como pilar de vida. Las cosas que te gustaban hacer ir a ver el atardecer en el mar en el sur encantado, contar buenos chistes y anécdotas, tus canciones de Mariachis, un buen vino y escuchar a Jorge Alberto Muñiz, una buena película y luego la siesta, tu pasión por el equipo de fútbol Barcelona, mirábamos algunos partidos juntos y el baseball, jugar con tu cachorro Copán y también ver películas por la tarde, todas esas cosas las recordaré Tata. Una parte de nuestro corazón está en el cielo.

Me quedó con el recuerdo de esa tarde cuando me viste fijamente y dijiste “You’re my life”, me diste besitos y al despedirnos me guiñaste el ojo con una gran sonrisa, aún en la dificultad nunca perdiste tu esencia, por eso y más te amo Tata. Extrañaré tus llamadas, anécdotas, risas, consejos y recomendaciones de películas en Netflix y escuchar tus canciones favoritas de Il Volo y Frank Sinatra. Compartíamos los mismos intereses musicales, literarios como Gabriel García Márquez y cinematográficos. Nuestro hobby la genealogía, recordaré cuando nos llamábamos y reuníamos para hablar sobre la historia familiar de los Oliva, comenzando con antepasados desde Argentina hasta Honduras, investigaciones, fotos antiguas, actas de bautismo y nacimiento, anécdotas, poemas del tío Memo, artefactos militares de Papá Ben y un sin fin de ideas que teníamos juntos, en eso y más teníamos química, te veré en el cielo para continuar con nuestra historia.

TE AMO MI ÁNGEL DE LA GUARDA
TU NIETA DANIELA

Te invitamos este jueves 13 de febrero
al fin de novenario que se llevará
acabo en la iglesia La Guadalupe
de Tegucigalpa a las 5:30 de la tarde.

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