La fe en la pandemia, una pausa para la reflexión

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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DANLÍ, El Paraíso. “Es, pues, la fe la certeza de lo que no se espera, la convicción de lo que no se ve” (Heb.11:1.) La fe es convicción de lo que no se ve. No es convicción de lo desconocido, porque podemos conocer por la fe lo que no podemos ver. La fe es la certidumbre de pruebas finales de que algo que no se ve es una realidad.

La cita bíblica está vinculada con las creencias religiosas. La fe es intangible, pero es una manifestación humana de creer en algo y aceptar hechos que sucederán, algunos por intuición, otros por revelación. Un ejemplo es Noé, esto en caso que usted crea en la existencia de Dios.

La Biblia dice que Noé creyó que Dios juzgaría la tierra, y esto se convirtió en un incentivo para su vida de fe. Construyó el arca como prueba de su fe. Activó su fe a la luz del juicio.

¿Cómo anda su fe en tiempos de la pandemia? ¿Sobre quién descansa ahora su fe? Nunca estuvimos preparados para hacer frente a situaciones difíciles y lo inesperado de esta crisis que azota a todo el mundo. De pronto fueron encendidas las luces de alarma. Los seres humanos que fuimos creados para vivir en sociedad, ahora estamos distanciados por un virus que amenaza nuestra existencia. Todo quedó interrumpido.

¿Cómo y sobre quien descansa su fe? ¿Ya reactivó la fe? Surgen muchas preguntas, pocas respuestas ante la realidad actual. Si usted cree en Dios tiene esperanza que habrá un punto final a esta pesadilla. Si usted es una persona religiosa dirá que su fe descansa en Dios y que Él hará lo que para usted es imposible.

Con la pandemia y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los vínculos sociales y religiosos están interrumpidos. Para muchos cristianos la fortaleza de su fe es Dios. El cambio ha sido radical, por ejemplo, los templos están cerrados, los pastores y los clérigos católicos están alejados de los fieles, las prácticas litúrgicas pasaron de los templos y los altares a la comunicación virtual.

El pastor César Armando Ávila, presidente de la Asociación de Pastores de Danlí (APD) y líder de la “Iglesia Fuente de Vida”, tuvo la feliz y oportuna idea de conservar el vínculo de la comunión entre los feligreses para que cada familia desde sus hogares se mantenga en contacto virtual a través del chat, idea que ha resultado positiva y al mismo tiempo de mucho crecimiento espiritual.

Consultado sobre los resultados tras cuatro meses de ausencia en el templo, afirma que la iglesia a su cargo, experimenta el mejor momento de crecimiento porque la familia ha reactivado la fe, el estudio sistemático de la Biblia y la oración ha venido a fortalecer la fe. Todos los días de la semana se realizan las reuniones virtuales con los hermanos, participan a través del chat con testimonios personales.

Del grupo inicial de hermanos en crecimiento virtual de 80 personas, ahora participan más de 500 con sus respectivas familias, lo importante, es que la fe no se ha debilitado, celebramos la escuela dominical con la participación de los niños y los servicios de la Santa Cena. Somos una iglesia en crecimiento, lo importante es reconocer que este es el tiempo de Dios y nuestra fe se fortalece, creemos que Dios no está ausente y por otra parte, tenemos la plena convicción que la Palabra de Dios es la verdad, además, tenemos la oportunidad de estar en oración constante.

En la comunidad de La Masica, María Félix Figueroa, además de los oficios caseros, dedica gran parte de su tiempo a la lectura de la Biblia y la oración, “guardamos las normas establecidas por las autoridades para realizar las reuniones por la tarde y noche. Dios es fiel, no estoy asustada por lo que está pasando, tengo plena confianza que Dios cumple todas las promesas y que los tiempos del fin se aproximan. Durante este tiempo mi fe ha crecido y tengo la convicción que todo esto pasará.

Marianela Rodas Gamero, con valores y principios cristianos, dice que este tiempo es una pausa de Dios para reflexionar, es una oportunidad para crecer espiritualmente porque los afanes del diario vivir nos privan de las bendiciones de Dios y la solidaridad. En lo personal, mi fe se ha fortalecido y al mismo tiempo, he tenido la oportunidad de reflexionar positivamente. Dios siempre está cerca y habla hoy, como lo hará siempre, definitivamente, el mundo necesitaba esta pausa para ser mejores.

El obispo José Antonio Canales de la Diócesis de El Paraíso, con sede en esta ciudad dice que, “tener fe es tener confianza, solo tenemos confianza cuando estamos seguros de alguien o de algo. Este tiempo de pandemia ha sido de prueba en todos los aspectos de nuestra vida, sobre todo en lo más importante: nuestra fe en Dios. Nos viene inmediatamente la pregunta: ¿Qué tan seguro estoy, de que, así como el Señor me ha prodigado tantas alegrías, también está conmigo en la dureza de estos días? Ojalá que salgamos airosos en la respuesta, estamos en comunión virtual con los fieles.