Advirtiendo sobre el fantasma de una militarización inexistente

ZV
/
20 de agosto de 2020
/
12:31 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Advirtiendo sobre el fantasma de una militarización inexistente

Advirtiendo sobre el fantasma de una militarización inexistente, Por: Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación ®

La palabra militarización, se popularizó en nuestro país, a raíz de los gobiernos en los cuales hubo un jefe de Estado Militar, al frente de algunas administraciones, las cuales fueron también integradas, por prominentes ciudadanos civiles, esto sucedió, con algunos intervalos, entre 1963 y 1982, a partir de esa época, toda acción, maniobra, movimiento, misión o tarea que realizan nuestras FFAA, son tildadas por algunos reductos prehistóricos termocéfalos de izquierda, como militarización. Para comprender el mantenimiento y sostenimiento de unas Fuerzas Armadas profesionales en Honduras, es preciso conocer, el marco legal en que se fundamenta su existencia, esencialmente el Capítulo X de nuestra Carta Magna, véase los artículos 272 y 274. En general la palabra, militarización podemos relacionarla con: “potenciación de las FFAA; utilización de las FFAA en tareas no tradicionales; utilizaciones de las FFAA en control de amenazas internas, típicas de la Policía, como combate al crimen organizado”. (Wikipedia).

Existe una campaña en Latinoamérica, tendente, a desacreditar la existencia de las Fuerzas Armadas de la región, con ataques mediáticos bien estructurados, la organización refugio de las izquierdas recalcitrantes, llámese, socialismo XXI, gestan la desaparición o transformación de las Fuerzas Armadas, utilizando la táctica del desprestigio o acusaciones de: violaciones a DDHH, corrupción, politización, militarización de la sociedad, etc. En Honduras las acusaciones y ataques son constantes, valiéndose de todos los medios de comunicación y redes sociales, pretendiendo fijar una imagen negativa en la mente del pueblo.

Historia cercana: en el gobierno del doctor Carlos Roberto Reina, se concretó la transformación del mando de las FFAA bajo la estructura de un comandante general (presidente constitucional); un ministro de Defensa y el jefe de Estado Mayor Conjunto; se produjo además la abolición del servicio militar obligatorio. Una promesa política de campaña consumada. Solo la capacidad de adaptación y el profesionalismo de la cúpula militar, permitió reacomodar la situación.

Tanto las FFAA como las fuerzas de seguridad, se preparan y crean un apresto para enfrentar las amenazas actuales y futuras, que pueden ser internas o externas, sin descartar una escalada de conflicto, en nuestras fronteras, puesto que existen como lo sabemos, puntos de divergencia con nuestros países vecinos.

¿Militarización? hoy en día todos los países latinoamericanos, utilizan en alguna forma, sus FFAA en labores de control de amenazas que podrían catalogarse como crimen organizado, llámese: narcotráfico, lavado de activos, tráfico humano o terrorismo. ¿Acaso estas amenazas, no constituyen graves desafíos a la soberanía?, ¿acaso se nos olvidó que hace unos años, éramos catalogados el país más violento del mundo?

Se quiere hacer creer, que se ha gastado dinero inútilmente sosteniendo las actuales FFAA, perdiendo la oportunidad de invertir en educación y salud, un concepto manipulado y errado, cuando sabemos que la expresión de seguridad y defensa es un componente indispensable en el concepto de poder nacional y es la garantía de la existencia y estabilidad del Estado. Se trata de sacar a relucir la experiencia de Costa Rica sin FFAA, tan solo un caso fortuito, que data de 1948, en donde por decreto desmovilizaron unas fuerzas derrotadas, desmoralizadas y las transformaron, en la estructura que ellos ahora manejan a su interés e imagen; referencia completa en la publicación: “la abolición del ejército de Costa Rica, controversias y realidades, LA TRIBUNA, 27 febrero, 2019”. El desarrollo integral de este país, obedece a sus planes estratégicos, esencialmente en educación y salud, esto produjo un pueblo sano y culto, cuyo producto son políticos probos y ciudadanos que saben elegir. No por esto ellos duermen con las puertas abiertas, su inversión en defensa y seguridad es superior a la inversión nuestra, solo superada en la región por Panamá.

El meollo del asunto es, ¿por qué tratan de confundir a la población atacando a una institución del Estado, que es expresión genuina del pueblo, a nuestras academias y cuarteles, puede acceder cualquier joven que reúna los requisitos de ley y quiera servir a la patria, no hay que pertenecer a una casta, clase o grupo étnico en particular.

Si el pueblo observa militares: apangando incendios forestales, efectuando brigadas médicas, llevando alimentos a los necesitados, apostados en barrios o colonias peligrosas, apoyando a la población en desastres naturales, alfabetizando, construyendo carreteras, efectuando evacuaciones aeromédicas, transportando por mar ciudadanos y suministros a La Mosquitia, montando guardia en puntos fronterizos recónditos, patrullando manglares, destacados en alejados islotes, apoyando labores de agricultura… y muchas otras tareas que se cumplen… Esto no se llama MILITARIZACION, se llama cumplir el deber para con la patria.

Contrario a lo que sucede en los regímenes totalitarios de izquierda. Lo primero que hacen sus líderes al asaltar el poder, es ponerse fatiga militar con cientos de insignias e imponer la militancia en la sociedad, bajo la presión de milicias partidarias, dizque para garantizar una revolución ilusoria. Ejemplos hay varios.

Las FFAA es una institución profesional, plagada de personal preparado, con especialidades en toda la gama del saber, en niveles superiores. Cuando un militar en servicio desempeña un cargo, está amparado en la ley. Igual si un militar en retiro es nombrado en un cargo o función pública, es porque reúne los requisitos de ley y como ciudadano, tiene el deber y pleno derecho para hacerlo. Nada de esto es politización ni militarización. Es simple capacidad y apego irrestricto a la ley.

Noticias Relacionadas: Advirtiendo sobre el fantasma de una militarización inexistente

Advirtiendo sobre el fantasma de una militarización inexistente

Más de Columnistas
Lo Más Visto