Los hospitales y la continuidad del Partido Nacional en el poder

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3 de septiembre de 2020
/
12:01 am
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Los hospitales y la continuidad del Partido Nacional en el poder

Los hospitales y la continuidad del Partido Nacional en el poder, Por: Carlos Medrano
Periodista
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En la política existen tantas variables, tantas aristas, tantos cambios que pueden modificar las encuestas y transformar una elección de la noche a la mañana, que la convierte en una actividad impredecible… nadie está muerto en política, ni por estar ya viejo, ni por estar demasiado joven, en Honduras todo puede pasar ayer, hoy y mañana, en el clima de incertidumbre y zozobra económica y política en la que estamos.

Hablando de esos fenómenos políticos del reciente pasado, recuerdo a Carlos Roberto Reina, un exdiplomático de carrera que luchó toda una vida en el interior del Partido Liberal con su movimiento M-Líder, por ser el candidato oficial y presidente de la República y que, gracias a una coyuntura especial, de esas que ocurren una vez en cada siglo, llegó a la máxima magistratura del país en casi el ocaso de su vida.

Ricardo Maduro Joest, un próspero empresario de origen panameño, luego del asesinato de su hijo mayor, de manera despiadada y vil, generó simpatía por ser víctima de la violencia en ese entonces y llegó a la Presidencia pese al origen de su nacimiento y a las disposiciones establecidas en la Constitución de la República.

Hoy vivimos en un momento convulso, de mucha inseguridad, de crisis económica y social, no estamos claros sobre el futuro político, estamos más enfrentados que nunca, altamente divididos, polarizados, el país no está caminando de manera correcta, dicen los expertos.

La pandemia hizo trizas la economía del país y desnudó una corrupción desmedida, alrededor de una desgracia humana y sanitaria que atacó sin piedad al más pobre.

La compra de los hospitales móviles, y la sobrevaloración denunciada por el CNA y ASJ, es como una puñalada trapera al corazón del hondureño, inferida por los negociantes de turno, de la clase política y quienes están en el poder, no importándoles si la gente se moría en las condiciones más lamentables del caso.

Si se llega a comprobar este escandaloso acto de corrupción, que se protagonizó en el marco de esta pandemia, la compra sobrevalorada y tardía de estos hospitales móviles, será un hecho que marcará el próximo cotejo electoral, en perjuicio del partido político de gobierno.

Lastimosamente para los nacionalistas, no se puede desvincular al Partido Nacional con la administración del Presidente Juan Orlando Hernández, han sido un matrimonio indisoluble, todas sus principales figuras han sido empleadas y pagadas en diferentes cargos por esta administración, por lo tanto, será difícil separar al presente gobierno con los cachurecos.

Si los hospitales móviles no arrancan adecuadamente, no tienen incidencia en contra de la pandemia, no llenan las expectativas ni descartan toda esa nube de corrupción que los rodea, será un tema de campaña que de una u otra manera repercutirá en la campaña política por venir.

Si la institucionalidad encargada de investigar y castigar a quienes cometieron tan deleznable acto de corrupción no los mete presos hasta que se hundan en la cárcel, Honduras será cada día menos país, menos nación, estaremos degradados y sin moral.

El escándalo de la corrupción en el IHSS no hizo que el PN perdiese, hoy otro escándalo embarra a otro gobierno cachureco, lastimosamente ambos casos ligados al área de la salud, con ventaja que nosotros los hondureños olvidamos pronto, la mayoría somos “pendejos” como lo cantó Facundo Cabral y la moneda sigue en el aire, para desmedro de todos quienes habitamos en este país.

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