Antes de la pandemia un puesto de lácteos en los mercados de Tegucigalpa o Comayagüela vendía a diario cientos de libras, después de casi seis meses de pandemia las ventas andan por debajo de la mitad, relatan los mercaderes.
La caída en el poder de compra se refleja en los centros de abasto populares donde acuden compradores de ingresos bajos que han perdido sus empleos, están suspendidos o solo reciben la mitad del salario.
Lo anterior contrasta con la actividad que se observa en comercios donde acude clase media; la cajera de un supermercado que funciona al interior de un “mall” contó que sigue atendiendo como antes de la crisis sanitaria, allá por febrero de este año. Diariamente son cientos de personas que llegan, llenan las carretas y pagan, más con dinero plástico, que con efectivo, dijo.
En la capital está funcionando la mayoría de mercados, en algunos se hace bajo medidas de bioseguridad para evitar el contagio del coronavirus luego de un encierro que sufrieron los habitantes de esta ciudad con más de 1.2 millón de personas.
En la feria del Artesano y el Agricultor sus locatarios se muestran sorprendidos por la disminución. El coordinador de este centro de abastecimiento, Jimmy Ponce relató que “personas que antes traían tres reses, hoy solo traen una”.
“Las que antes traían cinco cerdos ahora solo traen dos y todavía les sobra. Antes traían 80 panas de quesillo, hoy traen diez y todavía regresan a sus casas: Está bien difícil la situación”.
La cantidad de locatarios se ha reducido un tercio, en parte, por las restricciones de circulación. “Aún así no vendemos lo que vendíamos lo que vendíamos antes de la pandemia un día viernes o sábado normal”, lamentó.
“Podríamos decir que las ventas andan en un 25 a 30 por ciento. Se ha perdido un 70 por ciento. Nuestros vendedores andan vendiendo un 30 por ciento en comparación a lo que vendíamos antes de la pandemia”, estimó Ponce.
Los mercaderes cuentan que amas de casa que, previo a la pandemia compraban un cartón de huevos, últimamente solo se llevan seis unidades, alimentos básicos como frijol, pasaron a venderse de medidas, a libras. Además, sucede que la cantidad de personas que visitan estos mercados es considerable, pero compran poco, según los comerciantes. (JB)
