Capitalinos se rebuscan en “los agachones” por los “estrenos”. A pocas horas de celebrar el nacimiento del Niño Dios, hombres y mujeres se dedicaron a “escarbar” entre las montañas de ropa usada, clasificada como “ropa de tarima”, en busca de sus “mejores galas” para lucirlas hoy 24 de diciembre, en los centenares de tiendas ubicadas en Tegucigalpa y Comayagüela, cuyos comercios son un inmenso bulto de ropa americana.
Sin dejar a un lado las medidas de bioseguridad, en las entradas de los diferentes “haga shopping”, o “bultos” o “agachones”, como se conocen a los lugares de ropa usada, a todo comprador se les tomaba la temperatura y se les proporcionaba gel antibacterial, además, se verificaba que todos portaran su respectiva mascarilla.
“Lleve a diez y a veinte la pieza, pase adelante, tenemos ofertas, ropa para usted y para los niños” son las frases con que los vendedores “atrapaban” a la clientela, que este año, deprimida, sin empleo y con pocos recursos, buscaba sus “estrenos” para recordar la natividad.
Este año ha sido diferente, entre la pandemia y los huracanes, la gente tiene pocos motivos para celebrar; sin embargo, la actividad comercial se mantuvo en las zonas populosas de la capital. Los compradores —más que todo, mujeres— se quedaban perplejas viendo las prendas guindadas en la pared, la mayoria de ofertas al alcance de su bolsillo, pero en la ropa de tarima –que estaban a cinco lempiras– eran las primeras sobre las cuales los compradores se agachaban para encontrar algo bonito.
Uno de los compradores, quien llevaba varias piezas de ropa colocadas en uno de sus hombros, dijo que había recorrido unas cuatro tiendas en busca de ofertas, “me quede sin trabajo, no tengo para comprarle estrenos a mis hijos, así que ando buscándole los “estrenos” para que los luzcan hoy 24 de diciembre”, indicó.
Asimismo, detalló que, en otras tiendas, donde hay ropa más bonita está un poco más cara, pero que el presupuesto que llevaba no le ajustaría para comprarles a todos sus hijos.
En comparación a años anteriores, en este 2020 –marcado por la tragedia humana– se observa bastante afluencia de personas, principalmente de mujeres en busca de vestidos de noche, camisas con lentejuelas con colores alusivos a la Navidad.
Sin embargo, los dueños de estos locales son del criterio que la crisis económica por la que Honduras atraviesa obliga a sus clientes a no invirtir en ropa, ya que no la van a poder lucir con sus familiares y amigos, debido a la pandemia del COVID-19.
Las autoridades han advertido que no debe haber reuniones familiares, ni aglomeraciones por motivos de las fiestas de fin de año para evitar la propagación de la COVID-19. No obstante, los hondureños quieren olivdar sus penas, comer, beber y estrenar, aunque sea algo usado.
En las tiendas de la ropa o “agachones”, las prendas para vestir a los niños se mantienen super cotizadas, ya que ellos les ilusiona estrenar en Navidad, algunos creen en que Santa viene por la noche y les dejará sus regalos, solo si se han portado bien. La ropa de niño se mueve todos los días, dijo uno de los comerciantes.
Tras días deprimidos comercialmente, esperan que hoy 24 de diciembre, como “típicos” hondureños que dejan todo a última hora, tengan más movimiento de compradores, además dieron a conocer que muchos estarían abriendo “fardos” para enloquecer a su clientela con ropa de calidad y a buen precio. (XM)
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