Los tiempos de gloria del Partido Liberal y la reconstrucción de la memoria histórica

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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DANLÍ, El Paraíso. Este año 2021 es solo el agregado a la cuenta que va y viene en el tiempo que el calendario a través de los tiempos nos sirve de guía para conocer el desarrollo de la humanidad. Es de esta manera conocemos de cada acontecimiento en el mundo. Cómo y cuándo se originaron, algunos para bien de la humanidad, otros para señalar catástrofes, pestes, guerras e incertidumbre.

2021 es el año del Bicentenario de la independencia, el más entusiasmado con este acontecimiento es nuestro amigo, compañero y colega Juan Ramón Martínez y Nery Alexis Gaitán. Es un hecho histórico que no debe pasar desapercibido para los hondureños y los centroamericanos en general. Los demás países de nuestra América ya celebraron los 200 años con mucha pompa. Pero bien, esto es parte de la historia de los pueblos centroamericanos que desde aquel 15 de septiembre de 1821 han venido luchando por una real y verdadera independencia.

2021 es un año político, aunque en Honduras la política es incesante, no se detiene, lo único que no avanza es el desarrollo del país porque los políticos viven preocupados en su propio bienestar. A estos no les interesa el Bicentenario y si les preguntan qué es; más de alguno no sabrá que responder porque lo que menos conocen es la historia. Así las cosas, y con las cosas que pasan con esta pandemia que parece no tener fin, los menos preocupados son los políticos porque para ellos la urgencia no es la salud del pueblo, sino la conquista del poder.

Todos los partidos políticos legalmente inscritos entran de lleno al ruedo y justo cuando se cumple el primer año de haber ingresado al país el COVID-19, el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha convocado a las elecciones internas, mientras los denominados partidos “bisagra”, esperan las elecciones generales.

¿En esta lucha cívica volverá el Partido Liberal a los tiempos de Gloria? Actualmente van tres corrientes internas en la búsqueda del candidato presidencial para las próximas elecciones. Un partido fragmentado, otrora invencible en las luchas electorales, busca recuperar la gloria de otros tiempos en los que históricamente libró las grandes batallas por las reivindicaciones populares en contra de su adversario común de todos los tiempos, el Partido Nacional.

La historia es la historia con sus hechos más relevantes. El pasado aunque lejano dejó huellas profundas en la conciencia del pueblo. Las grandes batallas las libró el Partido Liberal para el rescate de la democracia en contra de la feroz dictadura de Tiburcio Carías, época funesta en la historia de Honduras que el liberalismo de hoy no debe olvidar. A los liberales hay que reconstruirles la memoria y su identidad política, no por el color de la bandera sino por sus ideales.

Como olvidar los abusos de la dictadura en su afán de conservar el poder por la fuerza con elecciones amañadas y fraudulentas y las famosas tapadas en caminos y carreteras para que los liberales no acudieran a votar, y en el peor de los casos, torturados y asesinados. Imposible olvidar los mártires, quienes hoy hablan desde sus tumbas; para que la conciencie del liberalismo no se apague o se marchite como la hierba que perece. El departamento de El Paraíso marcó una senda de gloria para el Partido Liberal. La valentía de los líderes de Las Animas rompiendo las tapadas cachurecas a su paso, siempre fueron una muestra de valor que las generaciones presentes desconocen. Ningún liberal que no sienta el sentido de pertenencia histórica debe ufanarse de su escasa militancia.

Después del golpe de Estado en contra del gobierno democrático de Ramón Villeda Morales en 1963, impulsado por los militares y el Partido Nacional, dirigido por Ricardo Zúñiga, hubo líderes que lo levantaron de los escombros, entre los más recordados porque eran oriundos de este departamento, Felipe Elvir Rojas y su hermano Horacio, Francisco Sánchez Reyes (el Indio Sánchez), Santos Irías Palma y aquella generación que surgió con espíritu cívico para el rescate y retorno al orden constitucional a partir de 1978. Rodrigo Castillo Aguilar, Alberto Rodríguez Espinoza y Carlos Rivas García, estos últimos firmantes de la Constitución actual. También figuran en esta epopeya, Luis Mamilio Rodas Gamero, Antonio Rojas Eguigurens, Luis Sanabria Caballero, Amílcar Figueroa, y mujeres como María Luisa Gallardo de Torres, Idalia Mendoza y Cándida Varela.

2021 es el año de la reconstrucción de la memoria histórica, de la identidad perdida de los principios y filosóficos del Partido Liberal para hacer honor a la centenaria lucha por la instauración de una democracia participativa sin componendas de intereses personales, y que sobresalgan los sagrados intereses de la patria. El departamento de El Paraíso históricamente liberal y baluarte de las grandes luchas cívicas debe volver por sus fueros.

2021, año de memorias históricas, nos encuentra sumidos en una de las peores crisis; la economía destruida, el COVID-19 cobrando vidas, un sistema de salud resquebrajado, los famosos hospitales aún no funcionan. La corrupción y la impunidad galopantes; son parte del regalo de reyes, quienes prefirieron este año llevar el oro de regreso para evitar que se vaya a manos extrañas, solo nos dejan la mirra y el incienso.

2021, es el año de las grandes decisiones. Lo que no hagamos hoy no lo haremos nunca. Es la hora de ser nosotros mismos. Tenemos la capacidad para hacerlo. Comencemos por decir no al político oportunista y construyamos nuestro propio destino. Otros pueblos lo hicieron y se levantaron del polvo como la ha hecho Israel. Japón después de dos bombas atómicas, China Taiwán, con una economía floreciente y una educación envidiable. Y Alemania después de la segunda guerra mundial. Cuando tengamos un sistema educativo eficiente, entonces, quizá logremos levantarnos.