Los predicadores que promueven el ateísmo moderno

MA
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1 de junio de 2021
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12:54 am
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Los predicadores que promueven el ateísmo moderno

Mario E. Fumero

Caminaba por un supermercado de la ciudad cuando me encontré a dos viejos amigos que asistían a una iglesia, y el preguntarles a ellos cómo les iba en su congregación, me contestaron que ya no asistían, y que habían perdido completamente la fe, hablándome en un tono escéptico y contando pestes del testimonio del pastor.
A mucho les extrañará el título de este artículo, pero ha sido producto de esa experiencia. Es bueno entender que en los últimos 20 años los escépticos y ateos han crecido en dimensiones alarmante en los países cristianos, y al investigar las causas descubrí, con tristeza en mi corazón, que los promotores más grades del ateísmo y escepticismo son los líderes evangélicos que predican un evangelio mercantilista, humanista y contradictorio entre lo que proclaman y lo que viven. Esto ha dado lugar a tomar los errores humanos de los falsos pastores y maestros para promover la negación de las verdades bíblicas y misma esencia del Dios vivo.

¿Cómo es posible que un pastor tenga 120 millones de dólares y se divorcie de su esposa y se peleen por una herencia hecha a costilla de los incautos creyentes? ¿Y cómo tolerar a un falso evangelista que con trucos hace creer que hace milagros? Todo esto produce frustración y descrédito al evangelio, son aquellos de los cuales San Pablo dice que viven para el vientre y no para Dios (Romanos 16:18).
A lo largo de mi ministerio, y en los últimos años, he encontrado a gente sincera que han profesado la fe cristiana, pero que han abandonado sus iglesias al descubrir que sus líderes no iban detrás de las enseñanzas de Jesucristo, sino de la movida económica, usando el evangelio como plataforma para buscar riqueza, poder y fama. Estos malos testimonios, que como dice la Biblia, son manchas en nuestros ágapes (Judas1:12) han abierto las puertas a la incredulidad, y conducen lentamente a miles de creyentes por el camino del escepticismo que los lleva a la duda, y por ende, al ateísmo que en este caso es apostasía (2 Tesalonicenses 2:3).
Nuestro mundo cristiano está plagado de acciones y testimonios que escandalizan a cualquiera que sinceramente quiera vivir una vida cristiana correcta, y cuando el escándalo aparece, y los falsos ministros se corrompen, la iglesia entra en descrédito, tomando la gente “la parte por el todo” para establecer un criterio errado del cristianismo, metiéndonos a todos en el mismo saco.

Indudablemente que los malos testimonios y el mercantilismo religioso de los falsos religiosos da rienda suelta al ataque del diablo contra la iglesia, y al no haber convicción, y vivir un cristianismo materialista y de emociones, fácilmente los aparentemente creyentes se derrumban, quedando presa de las estrategias diabólicas, y cuando se pierde la fe, se entra a un terreno movedizo, donde la duda les lleva a cuestionar si tales mensaje que se predican son coherentes con la proclama de Jesucristo, y esta contradicción produce frustración, abriéndole el camino al materialismo y escepticismo.

¿Cómo ver esta realidad desde una perspectiva bíblica y profética? Bien lo dijo Jesús refiriéndose a la condición imperante de los últimos tiempos cuando les preguntó a sus discípulos: “Cuando el hijo del hombre venga ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8). Yo mismo, aunque soy ministro del evangelio, me he sentido frustrado al ver cuántos predicadores se han hecho millonarios explotando la fe de las personas, y abusando del poder, politizan la iglesia y viviendo en adulterio y sodomía, pero lo más triste es que se presentan como ungidos y apóstoles de Jesucristo.

Cuando miro estos hechos, me indigno de tal manera que me dan ganas de salir corriendo y tirar la toalla, y si no me vuelvo escéptico ni ateo, es porque he tenido una experiencia profunda con Jesucristo, y ella es la única que me ha mantenido en pie en estos tiempos difíciles, en donde por multiplicarse la maldad, tristemente el amor de muchos se ha enfriado (Mateo 24:12).

¿Quiénes son los que favorecen el crecimiento del escepticismo y el ateísmo? Los falsos maestros, apóstoles y predicadores del evangelio. Ellos son los culpables de la decadencia moral y social que vive el cristianismo moderno, y son los mejores promotores del escepticismo en el presente. Cuidémonos de no caer en las garras de estos lobos vestido de oveja, porque “por sus frutos los conocerán” (Mateo 7:16).

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www.contralaapostasia.com

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