oscar lanza rosales
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La semana anterior, el gobernante Hernández -con una numerosa comitiva- realizó una gira por España, Alemania e Israel, donde cumplió su promesa de trasladar la Embajada de Honduras a Jerusalén, sumándose a Estados Unidos, Guatemala y Kosovo, que ya lo hicieron.
Esta decisión contraviene una disposición del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que rechazó la pretensión de Israel de trasladar su capital de Tel Aviv a esa ciudad, que tiene un estatus especial.
Además, el gobierno de Hernández tomó esta decisión, por compromisos previos con el gobierno de Donald Trump, que obligó a nueve países de América Latina (AL) a que lo hicieran, pero siete han revocado esa decisión, quedando solamente con el compromiso Guatemala y Honduras, porque JOH necesitaba el apoyo de EUA en su reelección. Sobre este punto, comparto el criterio del especialista en política internacional, Graco Pérez “que esta embajada no será funcional porque todas las embajadas acreditadas ante Israel se encuentran en Tel Aviv y en Jerusalén solo hay cuatro; que el compromiso de JOH era con Trump y el exprimer ministro de Israel, Netanyahu, que ya están fuera del poder; además, esta decisión afectará nuestras relaciones con el mundo árabe”.
Concluyendo Pérez que “esta decisión es una afrenta a los principios de la Carta de la ONU, al alinearse con un estado rebelde que la ignora”.
A su vez, la Autoridad Nacional Palestina en un comunicado, “consideró el traslado de la sede diplomática como una flagrante violación del derecho internacional; lamentando que el Presidente de Honduras haya decidido tomar el lado equivocado de la historia y proceder con este paso hostil contra el pueblo palestino; asegurando que el Presidente Hernández insistió en aplicar el traslado por motivos personales, sin tener en cuenta a los miles de palestinos que viven en Honduras, la segunda comunidad más grande de AL”.
Y lo que más le ha caído como un balde de agua fría a los hondureños, es la gran de cantidad de colaboradores que se llevó el mandatario en esta reciente gira, con el consiguiente despilfarro de recursos económicos, tan necesarios para paliar la crisis de la pandemia, la pobreza del 80% de la población y las secuelas de los huracanes Eta e Iota.
Según El Libertador, unas 40 personas habrían acompañado a JOH en su viaje, y que posaron felices frente a los monumentos sagrados de Jerusalén, entre ellos: familiares, amigos, pastores, guardias de honor, diputados y periodistas, estimando los gastos en alimentación, hospedaje, combustible, mantenimiento de avión y gastos de representación, en más de 10 millones de lempiras.
No es la primera vez que JOH realiza estas giras con grandes comitivas. Ya lo ha hecho varias veces, pero en el caso de Israel, la primera vez que lo hizo fue en octubre de 2015, que andaba buscando aproximaciones con el exprimer ministro Netanyahu, para lograr la cooperación técnica. Era tan grande la comitiva de ese entonces que Netanyahu le dijo: “Estamos impresionados por el hecho de que haya traído una impresionante delegación (…). Esto es reflejo de un liderazgo sólido y de la amistad que nos une en cualquier área”. Percibiendo los medios, lo cual lo manifestaron entre líneas: que para qué andaba pidiendo ayuda con tan grande delegación, si aparentaba ser un país rico.
Esta gira de JOH, nos recuerda a los jeques árabes -líderes religiosos o políticos- ricos en petróleo, que en sus viajes al exterior se llevan a Raimundo y medio mundo.
En febrero de 2013, los medios colombianos estaban asustados porque había llegado a su país, el jeque Hamad Bin Khalifa Al Thani de Qatar, para ver cómo colocaba sus petrodólares. Llegó con dos gigantes aviones y con una comitiva de 100 personas, con reservaciones en el mejor hotel de Bogotá, y 40 carros Mercedes-Benz a su disposición para su movilización.
Con Israel, Honduras ha firmado varios memorándum de entendimiento y todos estamos claros que ese país, altamente desarrollado, nos puede ayudar en diversos campos, como en el manejo de los recursos hídricos, el riego y la seguridad, pero sería bueno que nuestros mandatarios, comenzando por JOH, sean austeros en los gastos de estos viajes, pensando en las grandes necesidades que padece nuestro pueblo, comenzando con salud, donde muchos medicamentos e insumos brillan por su carestía en los hospitales y que son causa de morbilidad de muchos compatriotas.
A nivel internacional, por todas esas razones, no encuentran cómo bautizar a JOH ¡el jeque de los ecofogones, las rosquillas o baleadas!
