¿SUBDESARROLLO MENTAL?

ZV
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24 de octubre de 2021
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12:21 am
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¿SUBDESARROLLO  MENTAL?

ES una teoría discutible. Desde cualquier ángulo de observación. Pero también es una teoría interesante. Ocurre que hace unos veintiséis años vino a Tegucigalpa un personaje del hemisferio norte, con la narrativa que el atraso de Honduras y de otros países hispanoparlantes, provenía de la circunstancia ligada a las visiones católicas de nuestros habitantes. Lo más paradójico del caso, en aquel momento, es que el personaje aludido fue invitado por la Universidad Católica de Honduras, con el fin de exponer el desarrollo económico de los países protestantes, y el hipotético estancamiento de los países de cultura católica.

Hay que suponer que las hipótesis de aquel honorable invitado, poseían cuando menos tres ingredientes: La sociología weberiana que subraya “la ética protestante” como motor psicológico del desarrollo capitalista. Dos: Su procedencia anglosajona. Y tres: El atraso empírico, indiscutible, de muchos países latinoamericanos, cuyos niveles de desarrollo se mantienen más o menos estáticos en materia de desigualdad social, sin mencionar, por ahora, otras variables del problema. El crítico del catolicismo como factor predominante del atraso, tiene en sus haberes una teoría que fue, hace muchas décadas, aceptada por varios sociólogos y economistas del mencionado hemisferio norte.

La gran falla de la teoría del subdesarrollo mental por causa del catolicismo hispánico, conecta con los inocultables olvidos históricos. Por aclaración conviene recordar que el capitalismo creador de “bienes de capital” surgió y se desarrolló durante todo el siglo quince, en las ciudades católicas del norte de Italia, principalmente en Florencia y Venecia. Luego en el siglo dieciséis el macromodelo aludido se mundializó por la vía de la circunnavegación, la explotación, el procesamiento y el comercio de metales preciosos, de las grandes potencias católicas como España y Portugal.

En lo que concierne al “capitalismo moderno” o “librecambista” (vocablos ya utilizados por algunos próceres de la Independencia de América Central), hubo un desarrollo exponencial en un país predominantemente católico como Francia, país modelo de las revoluciones políticas burguesas y del famoso “Código Civil” napoleónico. Entre tanto las ciudades del norte de Italia continuaron avanzando en el submodelo financiero. Además de esto la Confederación Helvética, más conocida como Suiza, presenta actualmente uno de los más altos índices mundiales de desarrollo humano, y ocurre que la mitad de los suizos son católicos. En Alemania, nación líder de la Unión Europea, una cuarta parte de su población sigue siendo católica. Sin olvidar el alto porcentaje creciente de católicos que hay en Estados Unidos.

Así que la teoría del atraso capitalista por causa de la confesión católica en América Latina, cojea en una de sus dos piernas. El atraso hispanoamericano, en unos países más que en otros, es multifactorial. O multicausal. Y ese fenómeno merece ser estudiado detenidamente por economistas, historiadores e inclusive por autoridades religiosas de distintas tendencias, habida cuenta que en países como Honduras abundan seguidores del llamado “protestantismo”.

Bien es cierto que hay una relación más o menos dinámica entre las acciones (o la ausencia de acciones) y las cosmovisiones mentales de los ciudadanos de cada región. A esto se añade el mestizaje como factor clave del atraso y del desarrollo, en tanto fenómeno que conecta con la juventud cronológica de nuestros pueblos. Es demasiado forzado compararnos con sociedades desarrolladas que llevan sobre sus espaldas decenas de siglos de historia acumulada, con caídas, reveses y triunfos de todo tipo. Esto significa que ciertos países clasificados en el catálogo de los “más desarrollados” atravesaron, previamente, momentos históricos altamente conflictivos, tanto en el pasado lejano como en sucesos de reciente data. El debate podría continuar en pie.

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