“PSEUDOLOGÍA FANTÁSTICA”

ZV
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4 de diciembre de 2021
/
12:55 am
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“PSEUDOLOGÍA FANTÁSTICA”

AHORA que anda en campaña echando culpas a otros del estropicio político que es su obra maestra, vamos a reproducir este escrito –a petición popular– como obsequio a tantos lastimados, amantes de las glorias de su emblemática bandera, que resienten todo el mal que hizo y continúa haciendo. Ha de magullar mucho el alter ego de un simulador ese sentimiento de inutilidad de toda una vida, sin logros trascendentes que mostrar. Ingresar a un partido –sin afinidad ni militancia– creyendo que los liderazgos caen del cielo y cosechar la ruina de lo que siembra, cuando gente lista –no fácil de embaucar– adivina esos trastornos de carácter. En vez de buscar alivio en valores cristianos, saca desvergüenza de la bajeza, urdiendo otra paliza al partido, una mayor, como bálsamo de consuelo a esa insuperable pequeñez. Pues bien, de un portal de referencias: “Mitomanía, mentira patológica o pseudología fantástica son tres de los varios términos aplicados por los psiquiatras para nombrar el comportamiento de los mentirosos compulsivos o habituales”.

“La mitomanía fue descrita por primera vez en la literatura médica en 1898 por Anton Delbrück”. La mentira patológica se ha definido “como una invención inconsciente y demostrable de acontecimientos muy poco probables y fácilmente refutables”. Un portal de psicología da algunas nociones: “La mentira suele ser una estrategia para eludir la realidad y, por consiguiente, la responsabilidad de afrontar las consecuencias de determinados actos o situaciones”. “La mentira patológica es el resultado de la tendencia a eludir las responsabilidades”. “Hay personas que caen en la tela de araña de la mitomanía y hacen de la mentira su forma de vida, se convierten en mentirosos compulsivos”. “Esa tendencia a mentir compulsivamente puede colocarle en situaciones ridículas o llevarle a inventar historias insostenibles”. “De hecho, aunque el mitómano sepa que lo han descubierto, puede seguir mintiendo y complicar aún más su narración”. El poeta inglés, Alexander Pope advertía que “el que dice una mentira no se da cuenta del trabajo que emprende, pues tiene que inventar otras mil para sostener la primera”. (Fin de la cita). “Mentir se convierte en un hábito en el mitómano, es su forma de relacionarse”. “No solo siente la necesidad de mentir en las situaciones que están en su contra para evitar las consecuencias sino también en los pequeños detalles, aunque no gane nada con ello”. “Puede sentirse raro diciendo la verdad, pero se siente cómodo mintiendo”. En otros casos, “la mentira patológica es el resultado de la tendencia a eludir las responsabilidades”.

“El mitómano tendrá que enfrentarse a diferentes dificultades debido a que pierde la confianza de los demás”. “Las mentiras pueden brindar cierto grado de placer al mitómano”. “Saber que cada mentira implica un nivel de riesgo genera una descarga de adrenalina que actúa a nivel cerebral como recompensa y fortalece la respuesta mitómana, cerrando así un círculo vicioso”. “La verdad también se suele falsear para obtener alguna ventaja, aunque no siempre se trata de un beneficio material, sino más bien a nivel emocional”. “Con sus mentiras el mitómano consigue la aprobación, el respeto y/o el afecto que necesita”. “En la base de la mentira patológica se esconde una baja autoestima, la persona cree que si se muestra tal cual es, no será aceptada”. “Los mitómanos suelen tener una personalidad insegura, por lo que a menudo sus mentiras no son más que una imitación o un plagio de las ideas, pensamientos o experiencias de los demás, generalmente de personas que admiran”. Otros expertos señalan que “la mentira compulsiva es un mecanismo de afrontamiento inadaptado porque estas personas evitan enfrentarse a lo que sienten y a su mundo externo”. En psicología se asocia a un mecanismo de vinculación con el entorno y con uno mismo, basado en el apego. “Es una forma de pedir el reconocimiento de otras personas o llamar la atención, sin afrontar lo que realmente ocurre”. “Hay personas que hacen de la mentira una fiel aliada, y la convierten en una parte más de su propia personalidad”. “Las personas expresamos cómo nos sentimos internamente y cómo interpretamos la realidad para darle un sentido a lo que vivimos”. “Afrontamos la realidad, creando una película de las experiencias que vivimos”. “Las personas que mienten de forma repetida y compulsivamente, crean en su mente una realidad que no existe”. “Esta forma de interpretar la realidad o inventarse una experiencia es un mecanismo de afrontamiento inadaptado e inconsciente”. (Se advierte que nada de lo anterior guarda relación alguna con lo que están pensando y, por si las moscas, el Sisimite ofrece de choto sus servicios de psiquiatría).

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