Antes del 27

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15 de enero de 2022
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12:04 am
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Antes del 27

Por: Edgardo Rodríguez
Politólogo y Periodista

Antes de llegar a la fecha que marca este nuevo inicio político, matizado de novedades, ya hay ciertas señales o símbolos, que pueden brindar la pista sobre la tendencia de lo que veremos los próximos cuatro años. Empecemos con la presidenta electa, ella será el rostro dulce y maternal del gobierno, enterada pero alejada de los ajetreos diarios de la compleja carpintería de la administración de la cosa pública. En la transición casi no se la ha visto, no figura, ello no significa que no participe, pero su rol no es de campo, aparecerá cuando todo esté armado, solo para cosechar los éxitos de lo que otros harán.

Después de la señora, en la nueva escala de poder el que está en primer plano es Mel, él es y será el carpintero, el director de la orquesta, el que quita y pone, es quien define el gabinete y el Congreso, quien se entiende, cara a cara, con los llamados “movimientos sociales” o ejercito protector del régimen. El ex presidente se encargará de armar el curso del gobierno de inicio a fin, procurando que ella sea siempre la figura fulgurante, sin ensuciarse las manos. El otro nivel son sus hijos, pero en especial Héctor y Hortensia, ellos son los que en última instancia dirigen la transición y los que se reúnen con empresarios y banqueros a conversar, además, garantizan el alineamiento de los diputados para honrar el pacto. A todas luces el núcleo familiar, Zelaya Castro, será determinante en la “nueva Honduras”.

La siguiente señal, clara como el agua que baja del Picacho, es la estrategia de consulta y movilización. Es complicado cumplir promesas complejas cuando no se tiene ni mayoría simple en el Legislativo, una oposición fuerte y una sociedad expectante a lo que pueda hacer el gobierno “socialista”. Por eso, han anunciado que si no pueden desarrollar su agenda por la ruta tradicional, se recurrirá a la consulta popular, donde Libre cree tener ventajas competitivas, por eso necesitan activado al llamado “movimiento social”, para que sea su punta de lanza para convencer a la población, mediante la movilización. Esta ruta es peligrosa, porque si se abusa de ella, sucederá lo que advierten diversos estudios politológicos o figuras académicas mundiales como Giovanni Sartori, la polarización de la sociedad, que de por sí ya está muy polarizada y crispada.

La siguiente señal de lo que viene es el “garrote”, para destruir a los enemigos políticos o a los que se atraviesen en el camino de la consolidación del proyecto político ganador. Ya está listo Jiménez Mayor para saltar a la cancha, viene a juzgar a justos y pecadores, del presente no del pasado, no importa si son o no son inocentes, lo que importa es la finalidad, el propósito político. Claro que la corrupción y los corruptos deben ser investigados y procesados, respetando todas sus garantías de Ley, para que eso suceda basta con efectuar un pacto entre las principales fuerzas políticas para despartidizar las instituciones impartidoras de justicia, no hay que traer un “marciano” para que nos diga que hacer. La institucionalidad no se fortalece cuando un extraño viene a hacer el trabajo propio de las instancias nacionales. Ningún país serio hace eso.

El otro nivel de atención al que debemos dar seguimiento es a las relaciones con las otras izquierdas y con los Estados Unidos de América. Creo que no serán tan burdos como la vez pasada, me da la impresión que caminarán con más cuidado, para no exhibir públicamente sus estrechos vínculos con el Foro de Sao Pablo y así no asustar, desde el inicio, al “Tío Sam” y a los empresarios. Por eso, desde la campaña, hemos visto a los gringos no despegarse de las figuras más importantes del nuevo gobierno, desde la presidenta electa para abajo, ellos saben que no pueden ni deben dejarle espacios vacíos a Maduro ni a Diaz Canel, porque sería fatal.

Otro detalle no menor, es que desde antes de la asunción al “trono” ya piensan y se preparan para el 2026. Ningún partido llega al control del Ejecutivo sin plantearse lo que sigue después. Todas las acciones que tomen, desde el día 27 de enero en adelante, están en función de consolidar el proyecto “socialista”. Toca ver si la oposición de centro y de derecha es capaz de entender lo que viene y de construir una mejor alternativa política, democrática y progresista, para que sea un contra poder. Los liderazgos democráticos limpios y la reacción y estado de ánimo de la ciudadanía serán clave para el rumbo que tome el país en los años venideros.

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