En el mes de abril vino el amor y William Shakespeare

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15 de mayo de 2022
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12:02 am
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En el mes de abril vino el amor y William Shakespeare

Por: Froylán Ochoa Alcántara

En el repertorio mundial de la música existe una canción que se refiere al mes de abril y el mensaje es que en abril nació el amor. En el seno familiar este mes nos une el amor ya que celebramos complacidos el advenimiento de mis dos lindas hijas, Nina María y Abril María.

Nina Schauer fue su madre y nos hace compañía desde el cielo, en la fiesta familiar nos acompaña su dulce recuerdo sellado con su sonrisa angelical, fue un once de abril de mil novecientos ochenta y uno que nuestro hogar creció con Nina María que vino al mundo en horas de la mañana en el hospital La Policlínica de la vecina ciudad de Comayagüela, su madre fue atendida en todo el proceso por mi querido hermano el doctor Ricardo Ochoa Alcántara, especialista en ginecología y obstetricia.

Un año después llegó Abril María nuestra segunda hija, que vino a colmar la felicidad del hogar con su nacimiento el día 29 de abril de mil novecientos ochenta y dos, nace con toda la normalidad del caso en horas de la tarde, siempre en el hospital La Policlínica con la esmerada atención de expertas enfermeras y bajo el ojo clínico de mi hermano Ricardo cuya expresión inolvidable fue: ¡otra de las mismas! Pues abrigábamos la esperanza de que nos naciera el varoncito.

Todos estos gratos recuerdos los revivimos en el mes de abril y celebramos sus cumpleaños en el seno hogareño dándole gracias a Dios por su bondad y gracia al bendecirnos por las vidas de Nina y Abril quienes han respondido a las esperanzas de sus padres y hoy ya han cristalizado sus metas profesionales, lo mismo han logrado formando sus propios hogares convirtiéndose a su vez en madres cariñosas de mis nietos Emma, Héctor y Froylán… bendiciones para todos.

Otra visión que nos brinda el mes de abril y de muy grata recordación histórica es el nacimiento del genio de la literatura inglesa, se trata de William Shakespeare quién nace el 23 de abril de 1564 -día de San Jorge- al norte de Londres en el condado de Stratford-upon-Avon, en un humilde hogar siendo su padre un modesto talabartero. El poeta y dramaturgo inglés, inicia su transitar como actor en Londres en 1592, incorporándose como actor en el elenco de la obra “Kings Men” sin embargo, para tal época los teatros permanecen cerrados debido a la peste.

Tiempo después se convierte en empresario teatral con suficiente poder económico para financiar obras que se presentaban al público, en 1598 forma parte de los propietarios del “Globe Theater” y participa en las obras “Enrique VIII” Y “Two Noble Kingsmen” y la obra “Cardenio” obra considerada perdida.

A Shakespeare se le consideró un dramaturgo casi de segunda fila, sin embargo a mediados del siglo XVIII ocupa el primer puesto en aprecio y categoría estética. Shakespeare en toda su obra pone de manifiesto las pasiones que controlan las acciones de los humanos, por ende, conocía que el amor ocupa en el humano la parte central de su ser y que esta fuerza admirable el querer erótico, lejos de ser un impulso puro hacia la felicidad, es también en sí misma muy compleja y contradictoria, y que como tal, suele causar mucho sufrimiento. Para el caso Romeo y Julieta forman sin duda la pareja más conocida de unos amantes puros, cuya pasión se consuma rápidamente en la muerte. Planean un ardid que involucra a la muerte premeditada y simulada, plan que termina en tragedia por envenamiento de los amantes.

Solo el extraordinario tratamiento lírico con que este gran poeta fue moldeando a estos dos enamorados, hace tolerable el espectáculo de la catástrofe de una pasión tan pura y ardiente, solo realizable por el sacrificio de la propia vida.

De tal manera, que Shakespeare realizó con relativa frecuencia el retrato de la ambición, de la ambición política sobre todo. Sin duda era uno de los males más temibles de su época y acaso lo sigue siendo en la nuestra. Llego a pintar magistralmente la ambición de poder no solo en sujetos fuertes, como Julio César, Macbeth o el rey Claudio, sino también en temperamentos débiles como Yago o Edmundo y aun el mismo Enrique III.

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