¿NADIE ES PROFETA?

ZV
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28 de marzo de 2024
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12:21 am
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¿NADIE ES PROFETA?

PERO el mío –mensaje de otra mamá que dedica tiempo de calidad a sus hijos– no es cuentos de dinosaurios, de animalitos, algo que le pueda gustar a niños de 6 años”. “Al mío le gustan las historias de guerra entre países, historias reales; si lo más que me acepta son historias de miedo de los pueblos. Ayer, como motivo de la Semana Santa, vimos el primer episodio de “The Chosen”, y me pidió que le explicara qué era un hombre que cobra impuestos”. Vienen niños a la casa y él quiere hablar con ellos cosas que niños de su edad no saben, y tengo que decirle “hijo, juegue mejor”. “Igual le pasa en la escuela”. Otro mensaje de voz de la nenita: “La verdad, tengo un cuadro de las tres ranitas, la amarilla, la rosa y la verde. Y buenos días. También te voy a hacer otro cuento hoy”. Al rato recibo mensaje de la mamá: “Esa niña agarra mi celular y lo busca para enviar mensajes”. “Le dije ¿qué estás haciendo? -Pues leyendo el editorial, y hoy también habla de mi cuento, y le estoy enviando un mensaje al ingeniero”.

En estos días de celebración cristiana, unos versos de Rubén Darío: Canto de Esperanza. “Un gran vuelo de cuervos mancha el azul celeste./ Un soplo milenario trae amagos de peste./ Se asesinan los hombres en el extremo Este./ ¿Ha nacido el apocalíptico Anticristo?/ Se han sabido presagios y prodigios se han visto/ y parece inminente el retorno de Cristo./ La tierra está preñada de dolor tan profundo/ que el soñador, imperial meditabundo,/ sufre con las angustias del corazón del mundo./ Verdugos de ideales afligieron la tierra,/ en un pozo de sombra la humanidad se encierra/ con los rudos molosos del odio y de la guerra./ ¡Oh, Señor Jesucristo! ¡Por qué tardas, qué esperas/ para tender tu mano de luz sobre las fieras/ y hacer brillar al sol tus divinas banderas!/ Surge de pronto y vierte la esencia de la vida/ sobre tanta alma loca, triste o empedernida,/ qué amante de tinieblas tu dulce aurora olvida./ Ven, Señor, para hacer la gloria de Ti mismo;/ ven con temblor de estrellas y horror de cataclismo,/ ven a traer amor y paz sobre el abismo./ Y tu caballo blanco, que miró el visionario,/ pase. Y suene el divino clarín extraordinario./ Mi corazón será brasa de tu incensario”.

(Ese cuento de la nena –entra el Sisimite– hizo revuelo en el colectivo. Mandamos el editorial como “podcast”, incluido el mensaje de viva voz de la niña, y fue una sensación. -¿Crees que esos analfabetos de ahora –inquiere Winston– que sabiendo leer y escribir nada leen y nada de ver escriben, sientan vergüenza de estas historias de niños que muy de mañana lo primero que hacen es agarrar el periódico para leer el editorial? -¿Cuál pena? –se pregunta el Sisimite– si la comodidad con su incultura es descarada. ¿Y sabías, qué dijo Jesús sobre la lectura? -Claro –responde Winston– “Un sábado como era su costumbre, fue a la Sinagoga”. “Cuando se levantó a leer, le dieron el libro del profeta Isaías”. “Jesús lo abrió y leyó: <<El Espíritu de Dios está sobre mí, porque me eligió y me envió a dar buenas noticias a los pobres, para anunciar libertad a los prisioneros, para devolverles la vista a los ciegos, para rescatar a los que son maltratados y para anunciar a todos que: “¡Este es el tiempo que Dios eligió para darnos salvación!”>>. Jesús cerró el libro, lo devolvió al encargado y se sentó. Todos los que estaban en la Sinagoga se quedaron mirándolo. Entonces Jesús les dijo: <<Hoy se ha cumplido ante ustedes todo lo que he leído>>. (Lucas 4:16-31). -Ahí es donde les dice –entra el Sisimite– “nadie es profeta en su tierra”. ¿Y qué crees que vayan a escribir los zombis sobre ese pasaje bíblico? -Nada –responde Winston– si lo leyeran, que lo dudo –los adictos a sus chunches pasan en guerra contra el abecedario y el idioma– mandarían un pichinguito, manitas juntas, (gesto al orar o rezar), por la aplicación de mensajería de su aparatito inteligente; más inteligentes que sus dueños).

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