“El Calambre”, la bebida mágica: ya son 70 años de ‘aliviar’ hígados

MC/16 de September de 2017/12:21 a.m.

Amigo, ¿dónde queda el New Bar? Algunos, muchos, no pueden dar una respuesta a los parroquianos que buscan ese histórico bar ubicado en el centro de la capital, pero si piden orientación sobre el Bar Tito Aguacate, es otra cosa.

El popular negocio de bebidas, (menos de aguardiente Yuscarán, trago también muy común en Honduras) fue fundado el 19 de febrero de 1945 por don Pedro Maradiaga como New Bar, pero cuando don Pedro decidió retirarse de esta actividad, para poner otra fuente de ingresos, un salón con billares, se lo vendió a José Valentín Pereira, quien trabajaba con él desde los 17 años como mesero, lo adquirió –a plazos- y desde 1957 es patrimonio de los Pereira.

El nombre compuesto de la cantina se deriva de “Tito”, como se le conocía a José Valentín Pereira, y “Aguacate” porque un pedazo de esa fruta, acompañada de queso, pepino, un trozo de huevo cocido y otro de papa –patata- no falta en cualquier mes del año entre los bocadillos para sus clientes, relató a Germán Reyes corresponsal de la agencia Efe, Fernando Pereira, uno de los tres hijos de don José Valentín y doña Carlota, especialista en hacer “sándwiches de basura” preparados con recado de gallina…

De los efectos y sabor del “Calambre” dan fe los que llegan al bar a “curarse” de la resaca, aunque no todos saben que el trago nació precisamente un día de esos en que Tito (don José Valentín) intentaba ‘recuperar’ a uno de sus amigos que amaneció ‘noqueado’ de una borrachera, recordó Fernando al periodista Germán Reyes, mientras atendía a una numerosa y bulliciosa clientela.

Los embajadores de Estados Unidos, Frank Almaguer y Larry Palmer también llegaban al New Bar y hasta aprendieron a preparar sus propios calambres. A la derecha la diplomática hondureña Lizzy Flores Flake.

El coctel se quedó desde entonces con el nombre de “Calambre”, que muchos clientes, hombres y mujeres, toman con moderación, lleven o no por dentro una resaca, o “goma”, como le dicen los hondureños.

El “Calambre” se prepara a base de un chorro de ginebra y otro de vino tinto cuya calidad no es la mejor; zumo de limón, azúcar y hielo, todo agitado en botes de vidrio con tapadera de rosca.

Durante muchos años se creyó que donde “Tito Aguacate” se discriminaba a las mujeres porque no permitían que ingresaran a la cantina, pero según dijo sonriente su hijo Fernando (para todos conocido como “Nando Aguacate”), nunca hubo el rechazo” a las féminas.

“Nando” aclaró a Efe, lo que pasó es que las damas de antes eran más conservadoras, digamos más recatadas, una que otra entraba por la puerta de atrás, pero ahora son muchas las que vienen a degustar de un ‘calambre’, cerveza o cualquier otro trago, por lo general acompañadas de amigos, su esposo, novio o en grupos”, agregó.

El 70 aniversario de la cantina fue recordado, con una exposición de fotografías de políticos, empresarios, artistas, músicos, poetas, deportistas, abogados, obreros, periodistas, historiadores y vendedores de lotería, entre otros, montada por el periodista y crítico de cine Roberto Budde.

El embajador norteamericano Palmer en compañía de invitados, entre ellos periodistas, cada quien con vaso en mano…

La Alcaldía Municipal se sumó a los festejos de “Tito Aguacate” y cerró un par de calles para que clientes y no clientes disfrutaran de una velada artística que comenzó con una salutación al trago más famoso de la cantina y de Honduras: “El Calambre”.

La casa de esquina donde se localiza “Tito Aguacate”, con paredes de adobe y techo de tejas de barro, data de unos 150 años que en su interior conserva un bar de unos 100 años.

“Tito Aguacate” representa un pedazo de la cultura capitalina; es lugar de conversaciones al calor del desengomante. El ‘New Bar’ es sitio de necesaria visita para todo capitalino, y de más allá”, agregó el fallecido músico hondureño Jesús “Chungo” Muñoz Tábora, con estudios en Chile, quien en su oportunidad dijo a Efe que “Tito Aguacate es una casa especial para reunirse, platicar, hablar de arte, música, fútbol, pintura, educación, política, en un ambiente que no se da en otro lugar”.

“Es como un rincón alejado, pero en pleno centro histórico de Tegucigalpa al que venimos a cantar, tocar guitarra, declamar, analizar los problemas del país y disfrutar del lugar más agradable y con tanto calor humano que conozco”, agregó a Efe.

Si tanta es la cruda o tiene una fiesta, hoy día tienen dos bares móviles, solo llame al New Bar y haga sus pedidos al 9635-0687

El popular ‘resucitador’ y ya añejo trago conocido como Calambre que se ha hecho popular en Honduras en el New Bar, mejor conocido como “Tito Aguacate, está a las puertas de internacionalizarse y solo se espera un permiso para que pase a ser un producto de exportación. Dicho ‘calmante’ está siendo embotellado en Valle de Ángeles y es comercializado a Honduras en un convenio con Supermercados La Colonia, que distribuye ‘todo lo que es hecho en casa’.

El “New Bar” o “Tito Aguacate fue declarado en mayo de 2015 como patrimonio cultural de Honduras, junto a otros negocios emblemáticos de la capital como la abarrotería conocida como “Chinda Díaz” y los billares Valboni, antes, hoy “Mr. Pool”.

Ese es el punto de reunión y de convivencia de poetas, escritores, futbolistas, diplomáticos, periodistas, abogados, albañiles, maestros de la construcción, doctores, políticos, dentistas, socialistas, comunistas, derechistas, todo y de todos los colores …La casa histórica fue adquirida por don Tito, a su amigo don Rubén Álvarez en 40 mil lempiras. ¿Cuánto costará hoy día? “No se vende, porque es patrimonio cultural, y además no tiene precio, contestó “Nando Aguacate”.

No se olvidan las visitas que hicieron a la popular cantina, embajadores de Estados Unidos como Larry Palmer y Frank Almaguer, quienes quedaron tan impresionados del trago que, en las celebraciones del 4 de julio, Día de la Independencia, gestionaron para llevar un bar móvil hasta la residencia del embajador situada en la colonia Viera para que los invitados pudieran disfrutar, este mega trago.

Doña Carlota, la mamá de los hijos “aguacates”, especialista de los sándwiches de basura, murió y desaparecieron sus ricas comidas, aunque el plato de bocas sigue, como hace 70 años.

Esta empresa de los Pereira se expande. Pero más que un proyecto exitoso de emprendedores hondureños de tradición, se trata de una espirituosa de tradición, que ha marcado la historia cultural, política y romántica de la capital hondureña y que ahora, está a las puertas de entrar al mercado global, para que su éxtasis no solo se deguste en casa.

Esta bebida ha sido tratada de imitar en las cercanías del hotel Honduras Maya, pero todo ha sido solventado y alertado que esos calambres’ no eran auténticos, comentó Fernando Pereira, el administrador general.

En los angostos callejones de Tegucigalpa existe este lugar que lleva 70 años guardando muchísimos secretos, los que solo con algún grado de familiaridad se repiten, el lugar es un bar, humilde, con una calidad más allá de los formalismos. Es sitio cálido, con muchos amigos, conocidos, desconocidos, con una insólita relación con cliente-negocio se supera por la amistad, confianza que le dan al entrar, sentarse y pedir un ‘macanazo’. Por donde “Tito Aguacate” han desfilado desde albañiles, artistas, pintores de las dos brochas, hasta diplomáticos, abogados (como que no); periodistas (no podrían fallar), todos en la misma dirección: degustar un calambre, entre conversaciones amenas, algunas algo irritadas, pero sin llegar a más.…

El presidente Ricardo Maduro junto al embajador Larry Palmer y a la derecha Nando Aguacate, invitado en esa ocasión a preparar el calambre.

Nando Pereira comentó al final que, este es un trago que mi papá invento hace tiempo, pero más que todo para la ‘goma’; aquí han venido por su bebida, embajadores, aquí es tranquilo, y al que se le suben los ‘cachimbazos’ los controlamos por las buenas…Aquí no hay ningún secreto, mi papá lo inventó para la goma, para un amigo que llegó mal hace más de 40 años, este trago es viejo, lo que pasa es que han venido personajes como embajadores y lo han hecho más famoso. Ahora todo el mundo bebe calambre, mi papá que se llamaba José Valentín Pereira, murió hace 25 años a él le decían “Tito Aguacate”, ahora nos dicen así a todos los familiares de apellido Pereira, y no nos molesta que nos llamen: ¡hey ‘aguacate, pásame un doblete!

lacobrarl@yahoo.com

El apetecido trago que está patentado es envasado en Valle de Ángeles y pronto tendrá ‘visa’ y será exportado a Estados Unidos