En la Universidad Nacional Autónoma de Honduras la población universitaria exigíamos autodeterminación y no intervención porque luchamos por una “patria libre, soberana e independiente, relacionada fraternalmente con todos los países del mundo”. Desgraciadamente la institucionalidad se ha deteriorado tanto que el sistema ya no funciona como la sociedad necesita con urgencia. Y no ha sido posible que solos revertir ese proceso dañino. Eso nos ha obligado a cambiar de posición y aceptar la ayuda extranjera para evitar nuestra total destrucción; entendido que todo en un ambiente de fraternidad internacional. La peste que nos está destruyendo es la corrupción y la impunidad, de donde deriva la catástrofe que sufrimos, visible en todos los rincones del país. Los hondureños debemos cooperar siendo honestos con nosotros mismos y aceptar que quienes hemos hecho o hagamos cosas ilegales en perjuicio de la gente, sus bienes y los bienes del Estado, tenemos que ser castigados, reflexionar en la prisión y al salir cambiar nuestra conducta a gente de bien para beneficio de todos. Así seremos apreciados y respetados por todo el mundo y nuestra patria tomará el rumbo que necesita con urgencia. Para eso necesitamos a la MACCIH por los períodos que sea necesario, con el convenio que la rige, sin maniobras de ninguna naturaleza. El pequeño grupo que está feliz disfrutando la situación, trabajarlos para incorporarlos a lo que es legal y justo. Las diferencias que surgieren resolverlas en el grupo operativo con diálogo sincero y propósito de avanzar hacia el objetivo fundamental.
Nacionales y cooperantes hacer las evaluaciones necesarias para sostener el proceso. Todos debemos entender que se trata de la paz en Honduras y de nuestro futuro como nación. No olvidemos que ahora no hay lugar en el mundo donde esconderse y que los guardaespaldas sirven de poco o nada.
Abogado Armando Matute Fortín
Celular 9548-2089
Tegucigalpa, M.D.C.