Quítate la máscara

OM/13 de February de 2020/12:35 a. m.

Por Mario E. Fumero

En este escrito quiero hacer un llamado a la conciencia de esos políticos, pastores y líderes religiosos que viven una vida doble, y que, aunque predican desde los púlpitos y plataformas políticas supuestas verdades, y proclaman honestidad con su mensaje, en sus vidas prácticas actúan hipócritamente, porque aunque andan mal en muchos aspectos y reconocen que no viven aquello que predican, aparentan actuar como que nada pasó, viviendo en adulterio, fornicación, robo, mentira, engaño y mundanalidad. Esos líderes representan simbólicamente a los fariseos de la época bíblica, a los que Jesús les habló fuertemente por medio de Mateo, capítulo 23, de forma dura, llamándoles hipócritas, víboras, ciegos y sepulcros blanqueados, señalando su doble moral.

Es tiempo de quitarnos la máscara de hipocresía y presentarnos tal como somos delante de la presencia de Dios, porque, aunque usemos ropa elegante y tengamos muchos títulos y aparentemos piedad, el Señor nos ve desnudos espiritualmente, y cuando tratamos de disimular con palabras fingidas nuestra condición espiritual y social, nos convertimos en hipócritas religiosos y políticos, semejantes a aquellos fariseos que proclamaban una verdad de la cual estaban muy lejos de vivir.

Es necesario que en la Iglesia Católica reconsideren el celibato y que la autoridad eclesiástica entienda que la única manera de frenar la homosexualidad y la pederastia dentro del clero depende de permitir a los religiosos la opción del matrimonio, el cual es un mandato divino y la única protección valedera a los males existentes en el clero. Según la Biblia el individuo debe, por voluntad propia, y teniendo el don de continencia, sacrificar su vida para no casarse ,y de esta forma servir al Señor Jesús libremente, pero es ilógico imponerle al hombre o a la mujer un celibato para servir al Señor, y además, no es solamente contraproducente, sino antibíblico porque el apóstol Pedro, que según la Iglesia Católica fue el primer papa que tenía suegra, (Mateo 8:14) por lo que era casado, además este es un dogma que va contra la misma naturaleza del ser humano.

También en la Iglesia Evangélica vemos cómo la llamada teología de la prosperidad convierte a algunos pastores en millonarios, explotando la fe y vendiendo su mensaje, forjándose una imagen de “ungidos” y viviendo en ostentosidad y vanidad. Hay que restaurar la integridad, tanto en los políticos como en los líderes religiosos, y restaurar la santidad del ministerio para poder tener púlpitos que estén ungidos, no por las falsas ofertas que hoy se predica, sino por el testimonio vivo de sus siervos, que viven lo que proclaman.

Basta ya de políticos y religiosos que con hipocresía engañan a las personas, adaptando el mensaje a la conveniencia de la gente y con mentiras los frustran. Basta ya de hombres que buscan lo suyo propio y no el bien de los demás (Filipense 2:21). Necesitamos tener gente creíble en la política y en los púlpitos, gente que viva lo que proclaman, que se quiten la careta, y que no defrauden a sus seguidores.

Es tiempo de restaurar la democracia carcomida por la corrupción, y eso se logra buscando a hombres honestos. Es necesario examinar la vida de los ministros o religiosos, y descubrir si son sinceros, o tienen una careta de hipócritas, como los fariseos de la época de Jesús. En estos tiempos de decadencia moral debemos abrir los ojos y juzgar con justo juicio (Juan 7:24) para qu se levanten hombres y mujeres que vivan coherentemente con su discurso, y que aquellos que toman el nombre de Dios, vivan ejemplarmente para con el pueblo, y puedan sanar las heridas que tristemente han dejado la hipocresía política y religiosa, a lo largo de las últimas décadas que ha prevalecido en nuestra nación.

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