Por: Nery Alexis Gaitán
No se puede negar que hasta el momento el Partido Nacional es el más granítico y que sus estructuras a nivel nacional son las más sólidas. El mejor partido de Centroamérica, dicen algunos. Por lo que están muy preparados para enfrentar el nuevo proceso de las elecciones generales con altas probabilidades de triunfar nuevamente.
Y es que la oposición democrática, me refiero esencialmente al Partido Liberal, está de capa caída. El otrora glorioso liberalismo, aparte de haberse dividido por la traición de Manuel Zelaya Rosales, en los últimos tiempos está dirigido por uno de los “políticos” más torpes de nuestro país. Orlando Zelaya, quien sin tener trayectoria política fue puesto de dedo como candidato presidencial.
Las torpezas de este personaje provocaron que obtuviera la derrota más apabullante en las elecciones pasadas. Torpe de cabo a rabo, ingrato con su madre y de paso caja de resonancia de la izquierda, le ha causado un daño casi mortal al Partido Liberal, que se ha mostrado incapaz de efectuar una oposición política consecuente a la administración nacionalista.
Por su parte, la oposición izquierdista, jefeada por el Partido Libre, aunque ha provocado una violencia terrible que todos lamentamos, en realidad no hace ninguna oposición política más que despotricar, sin sentido muchas veces, las actuaciones del partido en el poder. Es notorio que la agenda política de los izquierdistas en ningún momento contempla el bienestar de la población.
Solamente les interesa volver al poder para hacer fiesta con los bienes del Estado. Nunca se les ha escuchado un pronunciamiento, con señalamientos de mejoría social o económica, que implique que les interesa lo que está pasando en Honduras. Es así que no hacen ningún tipo de oposición.
Si los principales partidos opositores no están interesados en demostrar que les interesa ayudar a mejorar las condiciones de vida de la población, desde ya están condenados a la derrota en las próximas elecciones. Por lo que es evidente que en río revuelto ganancia de pescadores; es decir, que estas actuaciones erráticas de los “opositores” lo que hacen es fortalecer al Partido Nacional.
Y su trabajo proselitista no se ha detenido, y los precandidatos ya andan en plena campaña estructurando cuadros. De ellos, los dos con mayores probabilidades de alzarse con la candidatura presidencial son Tito Asfura y Mauricio Oliva.
Tito Asfura, “Papi a la orden”, es el líder del Movimiento Unidad y Esperanza. Siendo alcalde de Tegucigalpa, goza de popularidad, la que está cimentada en su activa gestión al frente de la comuna. Pero lo que comenzó de una forma dinámica, con el pasar del tiempo se ha vuelto lenta e ineficaz en algunos casos. Lo principal que se le señala es que ha inundado de concreto la ciudad en detrimento de la naturaleza; cortando árboles a diestra y siniestra a favor de un urbanismo que no se muestra eficiente. En este momento hay muchas obras a medio hacer o detenidas y el caos en la ciudad continúa.
Otro grave problema que enfrentan las ciudades gemelas es el abastecimiento de agua. En donde Asfura se ha mostrado impotente para resolver este serio problema, aparte de no haber previsto a su debido tiempo la construcción de nuevas represas. Y de remate ha autorizado proyectos habitacionales que están siendo muy criticados porque es evidente que afectarán el medio ambiente y el suministro de agua.
El precandidato más viable para alzarse con la candidatura presidencial es el actual presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva Herrera, médico de profesión, quien ha tenido una brillante actuación en el Congreso, siempre mostrándose conciliador, evitando conflictos innecesarios, sobre todo con los diputados de Libre. Asimismo tiene una proyección muy positiva en el departamento de Choluteca y en toda la República.
Es necesario que todos los partidos se fortalezcan, para el bien de la democracia hondureña.