Sálvese quien pueda

ZV/17 de July de 2020/12:22 a. m.

Por: Denis Castro Bobadilla
Doctor, abogado y médico forense II Vicepresidente del Congreso Nacional.

Honduras, podría pasar mal en los próximos meses. No tiene el liderazgo ni la unidad necesarios para contener con éxito el coronavirus. Tampoco la capacidad técnica para controlar los brotes cada vez más grandes y numerosos que están surgiendo. El panorama es negro. Estamos empezando a ver la oscuridad al principio del túnel.

Unidad. El coronavirus, lo hemos visto desde el inicio de la epidemia, no distingue entre ideologías ni clases sociales. Donde mejor se le ha frenado es allí donde ha habido una respuesta coordinada y coherente de toda la sociedad. Allí donde se ha entendido que el enemigo común es el virus y no el vecino, o el socio de gobierno, que tiene opiniones e intereses distintos a los nuestros. Y donde cada miembro de la comunidad ha asumido su parte de responsabilidad en la epidemia, desde el estudiante que se pone mascarilla para proteger a los demás hasta el gobernante que lidera la respuesta de un país. Tedros Adhanom de la OMS dijo: “Nuestra mejor arma es trabajar juntos con unidad nacional y solidaridad global”.

Liderazgo. La unidad solo puede mantenerse si aparecen personas que lideren la respuesta ante la epidemia. El liderazgo, cabe recordarlo, no consiste en ordenar a los demás lo que tienen que hacer -esto solo es autoridad-, sino en ser reconocido como la persona a la que se sigue.

Para que los gobernantes sean reconocidos como líderes en esta epidemia deben renunciar a sus intereses cortoplacistas y sus tentaciones oportunistas. Solo así conseguirán que sus indicaciones sean aceptadas por todos. Si creen que esto es una utopía en una democracia como la nuestra, miren: Ángela Merkel en Alemania, Mette Frederiksen en Dinamarca, Jacinda Ardern en Nueva Zelanda… Las tres, curiosamente todas mujeres, han ejercido un papel clave en el control de la epidemia en sus países, transmitiendo un mensaje de unidad que ha calado en la población. No lo han conseguido quienes han fomentado la división como Donald Trump en EE.UU., Boris Johnson en el Reino Unido o Jair Bolsonaro en Brasil.

Dirección técnica. Pero los politiqueros nuestros no son especialistas en epidemiología ni en salud pública. Para que su liderazgo ayude realmente a contener la epidemia, deben dejarse guiar por técnicos que tengan la competencia y los recursos suficientes para evaluar la situación en cada momento y hacer las recomendaciones oportunas.

En Alemania este papel lo han realizado con éxito el Instituto Robert Koch y el virólogo Christian Drosten. En España, el Centro de Control de Alertas y Emergencias Sanitarias dirigido por Fernando Simón. ¿Quién lidera la respuesta técnica ante la epidemia en Honduras? Es doña Alba Flores (?), es don Lisandro Rosales (?), o es un bombero (?). Aparentemente nadie, porque se tiran el cumbo unos a otros. Honduras necesita de una figura independiente con la autoridad y la capacidad de guiar a los gobernantes y dar explicaciones convincentes a los ciudadanos.

Recursos técnicos. Aun así, de nada servirá tener a un Samuel Dickerman si no dispone de los recursos necesarios para monitorizar la evolución de la epidemia y hacer el seguimiento epidemiológico.

Humildad. Los confinamientos domiciliarios que se han impuesto han reducido la epidemia hasta un nivel que se podía controlar. Honduras a diferencia de otros países, no ha aprovechado este tiempo para prepararse. Como en la fábula de los tres cerditos, se ha quedado con una casa de lonas (móvil), mientras otros han reforzado la suya con ladrillos.

Honduras, no tiene ahora la capacidad de contener todos los casos que están apareciendo. Los hospitales son una bomba epidemiológica de relojería y se está agotando el tiempo para desactivarla.

La situación es grave y va a peor. Es momento de pedir ayuda. O por lo menos de aceptarla. Al gobierno le hemos ofrecido en repetidas ocasiones ayuda sin pedir un peso. Hasta hoy la ha aceptado, pero la ha rechazado cuando existe la posibilidad de no haber “compras”.

De continuar este Estado fallido en liderazgo, unidad y recursos técnicos… sálvese quien pueda!!!