PREGUNTAS SENCILLAS

ZV/3 de January de 2021/12:57 a. m.

LOS hombres sabios de la antigüedad, pero también los hombres y mujeres humildes de todos los tiempos, han lanzado interrogantes al viento, desde la mera ingenuidad; o a la altura de circunstancias asfixiantes. No nos referimos a las preguntas maliciosas de algunos, a veces cargadas de rencor, que se hacen con el propósito casi inmediato de enredar a los demás; o de arrastrar agua hasta los molinos de sus propias sectas. Sino con el deseo sincero de averiguar las cosas que realmente ocurren en el entorno, en todos los estratos de la existencia individual y colectiva.

Una de las preguntas que ya días vienen formulando varias personas de buena voluntad, es sobre el tema de los liderazgos nacionales y mundiales. Las personas sencillas necesitan saber en dónde están los líderes confiables, o auténticos, de las comunidades inmediatas; de los departamentos; de la nación y en los niveles hemisféricos. Los gigantes del pasado siglo veinte, se han extinguido lenta pero inexorablemente. Tal vez quedan unos pocos; pero hay que buscarlos con una lupa.

Otra pregunta, en el plano estrictamente local, es por qué continúa prevaleciendo una distribución injusta de la tierra, si desde la década del setenta del siglo pasado, se puso en marcha un proceso de reforma agraria que ha dado como resultado renglones negativos pero también altamente positivos, sobre todo en la margen derecha del río Patuca, en donde las pequeñas aldeas de asentamientos campesinos se convirtieron en ciudades más o menos florecientes, demostrando con ello que la reforma agraria podría resultar redituable para toda la nación, tal como había ocurrido en Taiwán y Japón.

Pero la mayoría de los pequeños productores del campo, desconoce que hubo fuerzas poderosas, nacionales e internacionales, que se opusieron a un proceso reformista concebido bajo una visión de capitalismo desarrollista, hasta que lograron desprestigiar el proceso y convertirlo en una cosa “negativa” y trunca, con un saldo de muertos provenientes del campesinado, de los “celebradores de la palabra” y un par de sacerdotes. Es probable que muy pocos se acuerden de aquella tragedia sangrienta.

Si el proceso de reforma agraria capitalista y de otras reformas desarrollistas hubiese continuado, otro gallo le cantaría a Honduras. Pero muchas cosas correctas y positivas fueron abandonadas en el camino para cambiarlas por otras que desde un principio parecían sospechosas, como aquellas encaminadas a desmantelar instituciones básicas del Estado, tanto las exitosas como las que estaban más o menos en quiebra, pero que en todo caso habían sido construidas con los dineros del pueblo, al cual nunca se le consultó sobre las decisiones adoptadas por “sugerencias” venidas desde lejos.

Un tema que sigue pendiente desde los días del huracán “Mitch” y del proyecto originario de la “Estrategia de Reducción de la Pobreza”, es el del famoso reordenamiento territorial, que según las mesas que se organizaron en aquellas fechas, se trataba de varios subtemas como el estudio meticuloso de la calidad de los suelos para diferentes cultivos, con la perspectiva de la diversificación de la agricultura. También se contemplaba, en algunas mesas multidisciplinarias, la necesidad perentoria de volver productivas las tierras ociosas en manos de terratenientes tradicionales, que “no hacen ni dejan hacer”.

Si el reordenamiento territorial no hubiese sido engavetado, y se hubiese puesto en marcha en concordancia con una reforma agraria de tipo capitalista, ahora mismo estaríamos evitando las caravanas migratorias que suelen ser “analizadas” por sus efectos coyunturales y casi nunca por las causas matrices. Es una mala costumbre contemporánea, tanto de aquí como de allá, mirar y evaluar casi todos los fenómenos bajo la luz penumbrosa de los efectos colaterales y coyunturales, olvidando las causas históricas de los problemas reales. Mientras las vacas flacas se sigan comiendo los valles fértiles y los pirómanos le sigan metiendo fuego a los bosques, las cosas negativas continuarán intactas, y las olas de migrantes seguirán avanzando.