Ideas sobre seguridad alimentaria

MA/3 de August de 2021/12:55 a. m.

Rafael Delgado Elvir

La producción agrícola y el abastecimiento de los mercados para cubrir las necesidades a precios accesibles para la población sigue siendo una de las más grandes preocupaciones o quizás la principal del país. Sería injusto afirmar que nadie se preocupa por ello, ya que más de alguna iniciativa exitosa resalta por aquí o por allá. Pero indudablemente que es muy poco y de reducido alcance lo que se ha hecho para enfrentar lo que ya tenemos frente a nosotros. Por ello es necesario enfatizar que hablar de reapertura, de reactivación y crecimiento económico con sus supuestos beneficios, mientras la agricultura y ganadería van en caída libre, llevándose de encuentro los ingresos y el empleo de la población rural es simple y sencillamente promocionar resultados que no tienen mucho sentido.

Como en todo problema de dimensiones nacionales la solución está en el abordaje integral, trabajando con medidas que vayan directamente a los principales agentes de toda la cadena productiva empezando por el agricultor, siguiendo con los intermediarios, los vendedores y todos los proveedores de insumos y servicios relacionados con el sector. Se trata además de una tarea que además de enfrentarse con todos los eslabones de la cadena y en especial con el liderazgo de los productores, exige de la participación activa y efectiva en sus resultados de las políticas públicas que deben ser ejecutadas por autoridades públicas sin más interés que el del desarrollo agropecuario.
El acceso a buenas tierras para el productor y la legalización de la posesión de las mismas es indudablemente uno de los temas donde hay que avanzar significativamente. La actual situación que obliga al productor a trabajar en tierras ajenas con alquileres altísimos, en suelos con poca vocación para el cultivo, extremadamente vulnerables a los efectos del clima y alejadas de toda comunicación, son seguramente algunos de los obstáculos más importantes para asegurar el bienestar de la población rural trabajando en sus cultivos. Por ello, es necesario retomar la titulación de tierras aptas, cercanas a los mercados, creando así vínculos con el activo más importante en la agricultura.

Siempre se habla del crédito agropecuario y son pocos los intentos que se han hecho para llegar hasta el productor necesitado de dinero. Esto ocurriendo en medio de suficientes niveles de liquidez en la banca privada. Por ello sigue pendiente en la agenda del sistema financiero privado y público el diseño de productos financieros a la medida, que no queden los intentos en dinero al que nadie puede acceder por sus requisitos inalcanzables. Es necesario fortalecer la banca pública de desarrollo agrícola de primer piso que ha quedado reducida a niveles muy bajos después de los constantes embates de la corrupción. Igualmente, la creación de fondos públicos y privados de garantías que aminoren el riesgo para las instituciones financieras y mejoren las oportunidades para el crédito al pequeño productor es indudablemente un paso necesario en el complicado camino de la reactivación del agro.

La formación del productor en las técnicas más acertadas para el cultivo ha sido anulada, quedando el productor a expensas de las simples recomendaciones que dan los vendedores de los productos agropecuarios sobre el uso de las herramientas o la aplicación de los insumos. Por ello los esfuerzos por crear sistemas e institutos de capacitación en buenas prácticas agrícolas en cada uno de los cultivos de importancia es un tema pendiente y necesario para formar productores alineados con los principios del desarrollo sostenible.

Si los sectores productivos élites tienen sus gremios que divulgan sus intereses e inciden en el debate público a su favor, con mucha más razón debiéramos de tener en Honduras gremios fuertes de productores de alimentos y productos agrícolas de consumo nacional, aportando a la creación de ideas, valores e iniciativas en beneficio de sus agremiados. En especial, la amenaza que ya representa la reducción de los aranceles de los alimentos importados en el marco de los tratados de libre comercio debe ser un problema a abordar por estos gremios.