Simples administradores

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5 de febrero de 2020
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08:04 am
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Simples administradores

La China continental: Con un sistema económico capitalista y un sistema político comunista

José Victor Agüero Aguilar

Nada nos pertenece. Todo lo que tenemos es prestado. Sin embargo, la arrogancia y soberbia del ser humano es de tal magnitud, que se ufana y llena la boca al pronunciar con altivez: Mi casa, mis carros, mis joyas, mis terrenos, mi negocio, mi reloj, todo esto es pura vanidad, al final de nuestros días nada nos llevaremos a la tumba, quedaremos hechos polvo.

A los individuos se les olvida que en esta vida, todos sin excepción alguna estamos de paso y que un día tendremos que comparecer ante el tribunal de Dios, para rendirle cuentas, de lo que hicimos, mientras estuvimos en esta tierra. Le pregunto ¿cómo está administrando los distintos recursos que Dios ha puesto en sus manos? ¿Es usted una persona diligente, sensata, prudente o descuidada con los bienes que administra?

Estas son algunas de las interrogantes que todos deberíamos plantearnos mientras estemos con vida. Es alarmante saber cómo desperdiciamos el tiempo en cosas frívolas y superficiales, que no tienen ninguna relevancia para nuestra existencia.

El grado de insatisfacción en que viven muchos individuos es de tal magnitud que algunos terminan suicidándose o viviendo literalmente un infierno, la depresión ha invadido su existencia tornándose seres desdichados, amargados, resentidos, infelices y frustrados, no le encuentran sentido a la vida, de ahí la importancia de adoptar medidas sabias que garanticen ser buenos administradores en distintas áreas de la vida.

Sin duda el tiempo es el mayor recurso que dispone el ser humano, lamentablemente no se le da el mejor uso, es triste reconocer que muchos padres de familia lamentan no haber pasado tiempo de calidad con su familia (esposa/o e hijos/as), sus hijos/as crecieron en un abrir y cerrar de ojos, pero no fueron capaces de construir una relación de confianza, basada en el respeto, la comprensión y tolerancia.

Y qué decir del cónyuge, convivieron bajo un mismo techo, durmieron en la misma cama, vivieron juntos por muchos años, pero al final se dan cuenta que son unos perfectos desconocidos, que apenas cruzan unas cuantas palabras, tornándose su relación fría y distante, el tiempo que debieron pasarlo juntos en armonía y comprensión, fue mal invertido, no se dio la prioridad del caso.

Ambos ejemplos demuestran lo equivocado que están muchas personas, cuando han sido incapaces de establecer prioridades correctas en la vida, que les permitan administrar sabiamente los recursos humanos y materiales que se le han confiado

Mientras Dios nos preste vida, debemos aspirar a ser administradores sabios que saben cuidar y atesorar de la mejor manera nuestro tiempo, familia, emprendimientos, relaciones y sobre todo aspirar a ser hijos de Dios que vivan sometidos a su voluntad, en rendición y humildad, no hay otro camino.

La próxima vez que se refiera a su vivienda, automóvil, negocio, trabajo, familia, cónyuges e hijos, recuerde que no son suyos, Dios le ha puesto la alta responsabilidad de cuidar cada uno de estos recursos, va depender de usted cómo lo administre. Hay esposos/as, solos/as, hijos desprovistos de afecto, padres de familia abandonados, una triste realidad que amerita ser revertido si adoptamos las siguientes medidas:

1. Reconocer que somos posesión de Dios.
2. Su familia es un precioso regalo que Dios ha puesto en sus manos, para llevar fruto sea un buen ejemplo para su cónyuge e hijos.
3. Establezca prioridades correctas en la vida donde la persona de Jesucristo sea lo más importante.
4. Deseche toda mentalidad basado solo en los bienes materiales.

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