LOS ÚLTIMOS PELOS DE LA COLA

ZV
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10 de julio de 2020
/
12:15 am
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LOS ÚLTIMOS PELOS DE LA COLA

DADO el desorden y la falta de coordinación de las multilaterales enfrentando la emergencia, lo que se vislumbra hacia adelante, en base a lo sucedido, es que cada país casi que ha quedado solo, defendiéndose contra el flagelo. Más triste aún. No solo brota la carencia de cooperación sino una falta de solidaridad hacia los más débiles. “El gobierno norteamericano –solo a manera de ejemplo– compró la totalidad de todo el Remdesivir producido en julio por una empresa farmacéutica y el 90% de la producción de agosto y septiembre, para abastecer sus hospitales”. “Se trata de un antiviral, administrado por vía intravenosa, que ralentiza la producción de nuevas partículas de virus y, como resultado, una infección viral se desarrolla con menos rapidez y los pacientes en estado grave se recuperan una media de cuatro días antes de lo habitual”.

A no dudarlo, tanto esas pociones milagrosas como las vacunas, cuando salgan, van a repartírselas los ricos y los poderosos con la cuchara grande en desdén de los pintorescos paisajes acabados. Pero ello no es causa para resignarse a quedar relegado en los últimos pelos de la cola. Hay que salir con agresividad tanto a adquirir lo que se pueda conseguir en el mercado comercial, como exigir a la OMS/OPS siquiera que proporcione genéricos de esos remedios en cantidades suficientes. Que no suceda como con las 250 mil pruebas clínicas para coronavirus que la embajadora solicitó al Secretario General de la ONU, sobre lo que el portugués se limitó a informar que la OMS había entregado únicamente la tercera parte de lo requerido. Seguimos a la espera del saldo de las otras dos terceras partes. “Cuando el Sistema Falla”, es un artículo recién publicado en un prestigioso portal de Política Exterior. Su autor explica en detalle, precisamente lo mismo que ya ratos venimos diciendo en esta columna editorial: “La caótica respuesta global a la pandemia de coronavirus ha puesto a prueba la fe de incluso los internacionalistas más ardientes”. “La OMS sigue siendo profundamente defectuosa, acosada por múltiples deficiencias institucionales que obstaculizan su capacidad para coordinar una respuesta pandémica”. “Más importante aún, la crisis del coronavirus ha expuesto la falta de protocolos para garantizar que todas las naciones tengan acceso a las vacunas”. “En brotes anteriores, países ricos como Australia, Canadá y Estados Unidos han acumulado vacunas para uso doméstico”. “Esto continúa hoy”. “Particularmente decepcionante en el escenario global fue la falta de acción concertada por parte del G-7, el G-20 y el Consejo de Seguridad de la ONU”. “Los líderes del G-7, que representan a las mayores democracias avanzadas del mercado mundial, no se reunieron hasta principios de marzo”.

“Incluso entonces, hicieron poco más que destacar sus respectivos cierres de fronteras”. “Más tarde ese mismo mes, una reunión de ministros de Asuntos Exteriores del G-7 se disolvió cuando los socios estadounidenses rechazaron la demanda de Washington de que el comunicado final se refiera al virus como “el coronavirus de Wuhan”, en alusión a la ciudad china donde se descubrió por primera vez”. “El G-20, que comprende las economías establecidas y emergentes más importantes del mundo, funcionó en un cronograma similar, convocándose para discutir la pandemia por primera vez a fines de marzo, casi tres meses después del brote”. “En su cumbre virtual, las partes rechazaron las solicitudes del FMI para duplicar sus recursos y suspender las obligaciones de deuda de las naciones pobres”. “(Desde entonces han suspendido los pagos del servicio de la deuda de los países de bajos ingresos)”. Sin embargo, en lo que toca a Honduras, todavía está en entredicho la magnitud de esos auxilios. El país sigue a la espera de las anunciadas moratorias, de la posposición al pago del servicio de la deuda, de las readecuaciones del total adeudado a las financieras multilaterales, de montos de nuevos recursos proporcional al gigantesco tamaño de la crisis, en fin, sigue esperando que la parsimoniosa, ineficaz, carente de ingenio burocracia internacional, reaccione como debió hacerlo desde que estalló la calamidad.

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