CAJAS DESTEMPLADAS Y LOS “NINIS”

MA
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6 de octubre de 2020
/
12:25 am
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CAJAS DESTEMPLADAS Y LOS “NINIS”

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A nada fueron. A gastar los pocos centavitos ahorrados y a que, después de un extenuante periplo los metieran en buses para regresarlos con las cajas destempladas. Es el suplicio de compatriotas atormentados por precarias condiciones de vida, agudizada por el demoledor efecto de la pandemia sobre la ya destartalada economía. Años atrás la migración, para cientos de miles de hondureños, fue la válvula de escape a la desocupación y a los dolorosos golpes de otras calamidades. Ya no. Las caravanas, recibidas en sus inicios con los brazos abiertos de gente solidaria a lo largo de su travesía, no son bienvenidas. Trancas y tapones en todos lados impiden el recorrido. Los tratados de “cooperación de asilo” suscritos por los gobiernos del Triángulo Norte con Washington cambiaron las reglas del juego. El gobierno de López Obrador, temeroso a las sanciones arancelarias de la Casa Blanca, convino un programa “esperar en México: Una ligera variación de “tercer país seguro”,
Los que logran cruzar la frontera norte, deben regresar a territorio azteca y esperar la resolución del juez a sus solicitudes de asilo. El gobierno mexicano, desde entonces, despliega su guardia nacional para atajar viajeros y regresarlos a su país de origen. Allá no hay trabajo. Los que aguardan, permanecen refugiados en condiciones deplorables. La tal oferta de oportunidades de trabajo de AMLO, como su alardeada política humanitaria y de respeto a los derechos humanos, fue llamarada de tusa. Hoy, si logran llegar hasta allá, reciben trato de gente indeseable. Peor con el coronavirus. Allá las autoridades mostraron un trozo de sus leyes penales que amenazan hasta con 10 años en el calabozo a quien ingrese contagiado. Son delitos clasificados como riesgos sanitarios. También el plan integral ofrecido por AMLO a sus hermanitos del Triángulo Norte, para erradicar de tajo las raíces de la migración, –pobreza, miedo, desempleo, paupérrimas condiciones de vida– quedó en repartición de migajas. El famoso plan “Sembrando Vidas”, apenas alcanzó para $20 millones de asistencia a cada uno de los hermanitos caretos del sur. Gastado en un programa de siembra de palos. Aunque cuando desembolsaron la tajada AMLO orgulloso levantó las ilusiones: “Cubre –les dijo en el discurso– 200 mil hectáreas de especies maderables; pensión a ocho millones de adultos mayores, becas a jóvenes, empleos y capacitación para los “ninis” (ni trabaja ni estudia), que llegará al millón el próximo año”.

Sobre involucrar a POTUS al apoyo de este plan, explicó allá en Tapachula:

“Él ha ido entendiendo”. “Al principio a lo mejor no la veía como opción”. “Ha costado trabajo esta labor de convencimiento, de persuadir, pero ya está en el acuerdo”. “Aceptó esta propuesta, que no consiste en hacer uso de la fuerza, no es solo medidas coercitivas, cerrar fronteras, sino entender el problema de fondo y buscar soluciones, lo que origina la migración”. “Esto se logró en el acuerdo”. Y cerró con una alentadora promesa: “Una región que va a dar el ejemplo de cómo llevar a la práctica la fraternidad universal porque por encima de las fronteras está la justicia y la fraternidad entre los pueblos”. Pues bien, suficientes quimeras. Informan las autoridades que el 83 porciento de los peregrinos que viajaban en la caravana con destino a los Estados Unidos, ya están de vuelta en el país. AMLO en conferencia de prensa expresó que le “extrañó mucho, el factor político, o sea la organización de esta caravana en vísperas de las elecciones que se realizan en los Estados Unidos”. Consideró “afortunado” que disolvieran la caravana, dizque los “gobiernos de Honduras y Guatemala convencieron a estos inmigrantes que no hay condiciones sanitarias y había que actuar en forma distinta”. Así que ya saben. Todo sucedió por convencimiento. Quizás ello incluya el convencimiento que la desocupación ya no tiene salida. Solo una solución local. Resucitando el aparato productivo y creando masivas fuentes de trabajo. Ahora que hay otra acepción de los “ninis”. Ni estudia, ni trabaja, ni puede emigrar.” ¿Y sin empleos; y sin que del cielo todavía venga aviso que les llegó la hora de morirse, cómo sobreviven?

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