Por: Eduardo Antonio Sosa M.
Director Museo del Aire de Honduras
Este 18 de abril se conmemora como la fecha en que por primera vez se realizó un vuelo en cielos hondureños de un avión, comenzando así la historia de nuestra aviación nacional. Dicho acontecimiento se llegó a concretar después de varios años de estarse gestionando la adquisición de un avión por parte del gobierno del general Rafael López Gutiérrez. Desde el año de 1917 un grupo a fin al general ya venía pensando en la creación de una escuela de aviación con el fin de fomentar la aviación en el país.
Es de todos saber que apenas 3 años atrás acababa de terminar la Primera Guerra Mundial donde se demostró la importancia que tuvo el desarrollo de la aviación en este conflicto, que empezó con aviones de tela y alambres muy parecidos al avión de los hermanos Wright pero que terminó con aviones de mucho mayor desempeño en velocidad y tamaño. Se crearon nuevas tácticas de guerra y ya se empezaba a hablar del “poder aéreo” de esta nueva arma de los ejércitos.
Con esta visión, el gobierno adquiere el Bristol F.2B Fighter de fabricación inglesa y considerado entre los 5 mejores aviones de su época. Fue comprado nuevo, se embarcó hacia nuestro país y llegó a Puerto Cortés. Luego fue ensamblado en San Pedro Sula donde se hicieron los preparativos para el histórico vuelo. El piloto en realizar este vuelo fue el capitán Dean Ivan Lamb, canadiense y veterano de la revolución mexicana y la Primera Guerra Mundial.
En un artículo publicado por Miguel Ángel Izaguirre en la revista “Torre de Control” en octubre de 1976, narra cómo se vivió este hecho en la capital al llegar el avión en su primer vuelo, luego de recopilarla de periodos de los años 20. Aquí reproducimos un fragmento del artículo:
“El lunes 18 de abril pasó tranquilo, pero pocas horas antes de caer la tarde la población se estremeció alborozada al escuchar por primera vez, el ruido sordo de un aeroplano. Dejemos que un testigo presencial (el reportero de un diario local) nos relate los hechos:
De San Pedro Sula avisaron ayer a las 16 horas que el aeroplano Bristol, pilotado por el aviador Mr. Lamb, había iniciado su primer vuelo con dirección a la capital.
Pocas horas antes de las 18 horas se advirtió a gran altura, en rumbo noroeste, algo como una mancha negra que resaltaba en el azul purísimo de la inmensidad.
¡Allá viene! Gritaron los espectadores que cubrían la planicie de Toncontín, y los extremos de la carretera al sur.
¡El aeroplano! Voceaban regocijadas las muchedumbres que se extendían inquietas por las avenidas de la ciudad.
¡Y la nave ligera, esbelta, casi gentil insinuaba sus alas orgullosas y dejaba ver sus blancos requiebres de graciosa coquetería femenina!”.
Con esto, se redujo la comunicación entre la capital y costa norte a apenas una hora y minutos, cosa que antes podía tomar entre 3 y 4 días. También, el gobierno logra hacer mayor presencia en el territorio y ejercer más autoridad, ya que aún en esos tiempos, era posible encontrar ciertos “cacicazgos políticos” en varias zonas del país, donde tener autoridad era aún difícil de ejercer.
En el Museo del Aire, tenemos un mural donde se narra de manera más completa toda la historia sobre este hecho importantísimo en la historia de Honduras.
Fuente
**Hesse, Jurguen. (2009). Génesis de la Aviación Hondureña. Fuerza Aérea Hondureña, (1), 10.
**Hesse, Jurguen. (2011). 80 años del nacimiento de la FAH. Fuerza Aérea Hondureña, (1), 22.
**Gonzales, Jorge. (2011). Avión Bristol. Fuerza Aérea Hondureña, (1), 28.
