Adiós 2020
Armando Cerrato
Licenciado en Periodismo
La parca disfrazada de SARS-CoV-2 blandió su guadaña como COVID-19 y agregó a los millones de fallecidos por la pandemia mundial del maldito coronavirus originario de China y enlutó a la familia periodística hondureña que hoy pesa menos sin la labor de uno de sus íconos llamado en vida Florencio Puerto.
Lo conocí dos meses depués de haber iniciado mi carrera periodística el 7 de noviembre de 1970, fecha de aparición en la palestra profesional del hoy desaparecido en forma impresa del combativo Diario Tiempo.
Tuvimos un encuentro muy amistoso, yo como reportero y él como jefe de información dada su basta experiencia y seriedad en el manejo del periodismo informativo, interepretativo y de opinión.
Luego nos volvimos a encontrar en el Diario La Noticia, también ya desaparecido, dentro de las mismas funciones él y yo, yo pasé a ACAN-EFE, donde estuve 16 años como delegado jefe y él siguió desempeñándose como jefe de información en Diario El Heraldo donde yo también incursioné y donde me inicié en el periodismo de opinión, siempre bajo su circunspecta vigilancia, pasé luego a dar clases en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, donde llegué a ser director de la Escuela de Periodismo y por invitación del fenecido y gran periodista Amílcar Santamaría y Zaldaña que nos llamó a él para ser jefe de información y a mí para ser editor metropolitano en Tegucigalpa de un periódico que se editaría en San Pedro Sula.
Amílcar, viejo conocedor de los valores periodísticos nacionales logró reunir un staff de primera siendo él el director del diario, Wilmer Perez Regalado (QEPD) como jefe de redacción, asistido por Edgardo Benitez, Florencio Puerto como jefe de información y Luís García Bueno como jefe de diagramación, todos ellos en San Pedro Sula, a mí como editor metropolitano se me asignó la organización en Tegucigalpa junto al ya fallecido Eugenio Castro Claramont, sostuvimos el Diario El Nuevo Día durante 8 años.
Durante todo ese tiempo en el que llegué a ser director del mismo, al año de haber iniciado nunca tuve ningún altercado de los que son muy comunes en el desarrollo del periodismo con Florencio, pues su don de gente, su educación y su dedicación lo hacía un profesional exquisito.
Aun lo recuerdo trigueño, regordete y sonriente, pausado en su hablar, en tono bajo y firme en sus convicciones de no ocultar nada aun cuando ello signifcara algo negativo ni para su persona o para la empresa, pues siempre se basó en el principio de que el ser humano conocerá la verdad y la verdad lo hará libre.
Florencio fue muy espiritual en su desempeño en un cargo tan delicado como jefe de información, siempre se mantuvo alerta a los sucesos nacionales e internacionales y su actividad incansable le llevó a obtener muchos éxitos profesionales.
Ultimamente Florencio estaba colaborando en Diario El País junto a su otro gran amigo y director del mismo Adán Elvir Flores con quien tambien soy contemporáneo en edad pero él me lleva algunos años más de experiencia en el ejercicio, fuimos compañeros en la Escuela de Varones Lempira donde su padre Horacio Elvir Rojas (QEPD) era director.
Casi terminando la secundaria Adán comenzó su incursión en el periodismo nacional en el desaparecido Diario El Pueblo, órgano oficial del Partido Liberal de Honduras, llegando a ser jefe de redacción del mismo.
Yo tuve la oportunidad de ser director de Diario El Pueblo, haciéndolo a full color y dos en uno pues arropó a Rojo y Blanco, una creación del profesor Pineda Ponce y que se sostuvo durante la campaña política que desarrolló para ser candidato a la Presidencia de la República y que lamentablemente perdió frente a Ricardo Maduro Joest.
Como se vé la vida de los periodistas hondureños está íntimamente ligada y todos nos conocemos unos a otros como a los dedos de una mano y por ello, hoy al rendir tributo hobituario a Florencio Puerto le digo que aunque él haya desaparecido físicamente quienes le conocimos y trabajamos con él le llevamos su recuerdo en el corazón deseando que la tierra le sea leve, colocando en su tumba las siemprevivas del recuerdo y deseando que el bálsamo del consuelo alcance a sus familiares .Hasta pronto Florencio.
