Adiós 2020
Armando Cerrato
Licenciado en Periodismo
El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández Alvarado, extraditado a los Estados Unidos la semana pasada y hoy a la orden del Juzgado del Condado Sur de Nueva York, acusado de ser co-conspirador para el tráfico de más de 500,000 kilos de cocaína y portación y uso de ametralladoras con el ánimo de usarlas para la protección del tráfico de drogas y del también uso de aeronaves para introducir la droga a los Estados Unidos, se ha convertido y así lo han exhibido en Honduras y en los Estados Unidos como un trofeo del Departamento Antidrogas (DEA) que dice haberlo investigado desde el 2008.
Juan Orlando si es cierto que era el capo más grande de un cartel con conexiones suramericanas y norteamericanas podría ser condenado a tres cadenas perpetuas más multas multimillonarias por lo que él ya se considera muerto a pesar de que su defensa de acuerdo con su convicción le van a declarar inocente al inicio del juicio programado para el próximo mes de mayo.
La extradición de expresidente hondureño se ha convertido en un escándalo a nivel mundial y en una prueba de que el gobierno de los Estados Unidos de América tiene un largo brazo de justicia de la que no se escapa nadie y que no es amigo de nadie salvo del Estado de Israel.
Juan Orlando se confió de una presunta amistad con exjefes del Comando Sur que incluso le felicitaron en varias oportunidades por su exitoso combate al narcotráfico al haber implementado un escudo aéreo, naval y terrestre que incluso le llevó a la compra de tres radares israelíes ante el retiro de los mismos equipos de los Estados Unidos, también compró helicópteros de combate UH1H a Brasil y montó una amplia cooperación con la DEA que también le felicitó en varias oportunidades, se cree que la defensa citará a estos exfuncionarios norteamericanos como principales testigos en descargo de las acusaciones que se le imputan.
Como presidente de Honduras Juan Orlando era por mandato constitucional comandante general de las Fuerzas Armadas y por lo tanto podía hacer uso de cualquiera de los armamentos de uso exclusivo del ejército aparte de que era teniente de la reserva al ser egresado de un colegio militar (Liceo Militar del Norte) incluso en Internet hay fotografías de él usando un casco de acero.
Si Juan Orlando llega a un acuerdo con las autoridades judiciales que le juzgan declarándose culpable y colaborando para desmantelar el cartel que presuntamente dirigía rodarán muchas cabezas de políticos y empresarios de toda índole en Honduras, Sur América y los propios Estados Unidos, pues las autoridades norteamericanas se preocupan mucho de perseguir el narcotráfico exportador pero no el importador en su proprio territorio.
Se sabe que la embajada de los Estados Unidos en Honduras ya entregó una lista de extraditables no solo a la Corte Suprema de Justicia, sino que también a la presidencia del Congreso ejecutada por el ingeniero Luis Redondo y también a la Presidente Xiomara Castro Sarmiento y en esa lista se especula, porque no se ha dado a conocer públicamente, están los nombres de por lo menos dos expresidentes de Honduras.
Analistas políticos nacionales sostienen que esos exmandatarios implicados por la DEA en combinación con el narcotráfico internacional ya no pueden ser extraditados debido a la puesta en vigencia en Honduras de un nuevo Código Penal que contempla la prescripción en el tiempo de los delitos de asociación ilícita, lavado de activos y enriquecimiento ilícito, narcotráfico y otros delitos conexos.
Aunque para las autoridades norteamericanas las leyes internas de sus países vecinos valen un comino, máxime si la transgresión de las mismas es en beneficio de sus propios intereses.
La defensa de JOH en los Estados Unidos gestiona para la esposa del imputado Ana García Carías de Hernández una visa humanitaria para que pueda acompañar a su consorte durante el juicio oral y público que se le ha señalado.
Toda la familia de Juan Orlando Hernández Alvarado fue despojada hace varios meses de la visa para entrar a territorio de Estados Unidos de América y en Honduras ha sido despojada de todos sus bienes incluso una herencia familiar.
Incluso la parte acusadora, la fiscalía norteamericana, ha dicho que investigará de dónde procedan los fondos para pagar la defensa de JOH que se ha dicho es multimillonaria.
Si JOH resulta culpable se convertirá en el primer capo en haber ostentado una diputación, una secretaría y una presidencia de un Congreso Nacional y desempeñado durante dos períodos consecutivos la Presidencia de una República, demostrando así una inteligencia superior desgraciadamente dedicada al mal.
En Honduras los analistas políticos están recomendando a todos aquellos que luchan por el poder y lo alcanzan que lo desempeñen y desarrollen por el buen camino rechazando todo ofrecimiento económico procedente de fuentes inciertas y a todas luces ilícitas máxime cuando abiertamente se les propone ser protectores del trafico de drogas.
Con la extradición de Juan Orlando a los Estados Unidos de América se destapa una verdadera caja de Pandora de donde surgen todos los males y solo queda en el fondo la esperanza de donde se deriva el dicho popular de que la esperanza es lo último que se pierde y es lo último que le queda a doña Ana García de Hernández que sostiene que su esposo es inocente.
