AYER abordamos la mezcla tóxica indeseable de la estanflación. “Una alta inflación combinada con una oferta baja de empleos que a la vez empuja a los mercados a un abismo recesivo. Se teme que la reaparición del espectro azorre la economía norteamericana. Y si eso sucede allá ¿qué susto mayor no puedan sacarle a los pintorescos paisajes acabados? Ya ratos insistimos que le vuelen ojo a esa pavorosa tasa de desempleados. Muchos de los cuales, desesperados, empacan sus matates, se echan a tuto el costal de sus angustias y, en busca de la sobrevivencia, agarran rumbo a la frontera. Mientras no haya alicientes e incentivos, medidas creativas, revisión de este sistema disfuncional, que permita reactivar la producción nacional y las empresas seriamente lastimadas –que son las que dan los trabajos– no habrá forma de detener los flujos migratorios.
Estas fueron las líneas de cierre del editorial de ayer: (A merced de los dos cachos de la bestia. Así que –el Sisimite arrinconado entre los dos monstruos que vivían a cada lado del ajustado estrecho de Mesina que separa a Grecia de Italia– reflexiona que esto es como estar entre “Escila y Caribdis”. Traducción, ya que el Sisimite solo da el relato antiguo. Pero no el de la edad de piedra de los zombis alucinógenos prendidos a su adicción que para comunicarse cambiaron el abecedario por emojis y pichingos. La versión más contemporánea de la frase sería “como estar entre la espada y la pared”). Ahora, algunas reacciones de gentiles lectores. Una lectora que después de cumplir su encomienda diplomática en el país, fue reasignada en el exterior: “Eso me encanta del Sisimite… es ¡muuuy culto!”. “Me hizo recuerdo de mi clase de literatura universal cuando leí la Odisea; fabuloso libro”. Otra lectora: “Cuánto se aprende de sus editoriales”. “Hasta hoy conozco la palabra y la definición de estanflación”. “Si estamos a las puertas de eso, que Dios nos libre”. “Nosotros ya el país atravesando paupérrimas condiciones no sé a qué nivel vamos a bajar”. “Ya estamos en el agujero más profundo”. “¿Entonces qué sigue para Honduras? ¿Y qué podemos hacer para paliar esta terrible situación?”. Otro lector: “Doy gracias por los aportes; datos económicos al día… aquí en nuestras tierras pintorescas, la mayoría vive del día a día / tortilla y sal…”. “Entre el vacío y la esperanza; en la providencia de Dios misericordioso”. “Porque acá ni la sombra del “Sisi” nos cubre de los rayos infernales de la pobreza”. Otro comentario: Excelente. “Sisimite debe estar asustado, entre la espada y la pared”. “Ni modo, así estamos en este mundo conflictivo. Una guerra que iba a durar 2 meses ya pasa a más de los 100 días”.
Una legisladora: “Estamos entre la espada y la pared; entre lo que están viviendo las grandes potencias y nuestro país, ya que la canasta básica está subiendo diariamente al igual que el combustible”. “Y como diputados se hace poco para las necesidades existentes”. Otra opinión: “Está buena la analogía de esos dos monstruos de la mitología griega”. “Rusia sería uno de ellos y el otro Estados Unidos; y los países importadores y consumidores por excelencia los marineros que se van “capeando” a como dé lugar los “zarpazos” que estos les lanzan”. “Ahora la culpa se la atribuimos a la “crisis importada”, producto de la debacle mundial”. “Eso es cierto, pero más real es que si no estamos preparados para los embates de esta situación, es porque así lo hemos querido”. (Cuenta el Sisimite de sus lecturas de la mitología griega que la vanidosa ninfa Escila se convirtió en un monstruo de 7 cabezas emponzoñada por un resentimiento endemoniado. Caribdis al engullir mares de agua la vomitaba en remolinos, devorando todo a su alcance. Los marineros que cruzaban por el angosto estrecho –a merced de Escila de un lado y de Caribdis, en el otro– arrinconados, si capeaban un peligro caían en el otro).
