La necesidad de la arquitectura y la responsabilidad de los arquitectos

ZV/7 de June de 2020/12:34 a. m.

Desde la vivienda, el hospital, los centros de trabajo, hasta la ciudad y el territorio.

Por: Marlon Urtecho
Arquitecto
Master en Gestión de Proyectos
Dpm. en Gerencia de Ciudades y Territorio

Desde hace algunos años hemos expuesto en diferentes foros y plataformas públicas que la arquitectura es una necesidad nacional, desde lo individual a lo colectivo, desde la residencia, la ciudad y el territorio.

A raíz de las medidas tomadas por los gobiernos del planeta, en relación al COVID-19, independientemente del mayor o menor grado de restricción de las mismas requirieron aislamiento y confinamiento como medidas de seguridad sanitaria individual y colectiva; en este contexto la arquitectura se volvió solución mientras esperamos una vacuna.

El confinamiento se dio en primer instancia en las residencias, ya sean estas individuales, multifamiliares, rurales o urbanas, ya sea que estuviesen ubicadas en las colonias, barrios, residenciales, edificios de apartamentos, condominios e independientemente del estrato social; todos nos vimos obligados a refugiarnos en nuestras casas. Luego las infraestructuras que más se vieron solicitadas después de las residencias fueron los centros hospitalarios, las instalaciones de instituciones de seguridad y servicios de emergencias. Irremediablemente nos dimos cuenta de que si estos lugares de estar, nos permitían una estancia acogedora o no, nos permitían desarrollar nuestras actividades de manera eficiente, funcional o no. Nos vimos en la necesidad de verificar si la casa además de refugio ante la emergencia se adecuaba a las nuevas exigencias, el permitirnos laborar, recrearnos, ejercitarnos o sencillamente permitir convivir con la familia.

En la normalidad que vivíamos la solución a las necesidades habitacionales promovida por las fuerzas del mercado a excepción de un pequeño porcentaje de la sociedad, se resumía prácticamente a una fórmula compuesta por dos variables: el tamaño y el costo y con ello aceptamos que más del 80% de la población viviera en condiciones precarias. La pandemia nos recordó la importancia de la vivienda, tanto para la convivencia individual, familiar como para la seguridad de la sociedad, nos recordó que en el ser humano la integralidad de su necesidades recorren el orden físico, emocional y espiritual, que la “fórmula” aprendida en la escuela de arquitectura tiene más vigencia que nunca, las variables de los espacios privados (dormitorios, baños, estar familiar), los espacios sociales (salas, comedor, cocina), las áreas de servicio (lavandería), los espacios recreativos y de esparcimiento tanto internos como externos (el patio), sumado a todas las instalaciones de saneamiento y energía, son imprescindibles en una vivienda para brindar no solo seguridad individual sino colectiva y sobre todo que sea ese lugar en que el ser humano pueda trascender en sus aspiraciones en la integralidad de su ser, irremediablemente este programa de necesidades no se puede postergar para cualquier tipo de proyecto habitacional, independientemente de la condición social y económica.

Otra edificación que ha requerido especial atención en esta pandemia son los hospitales, dentro de las especialidades de la arquitectura, se presentan como las más complejas, los requerimientos funcionales, exigencias para adecuar los espacios de acuerdo al tipo de atención, tratamiento, mobiliario y equipamiento, materiales y acabados especiales, instalaciones y atención desde siempre a medidas de bioseguridad que eviten contaminación intrahospitalarias, seguridad para los pacientes y personal de salud. Los arquitectos especialistas se han visto enfrentados a una realidad que obliga ampliaciones, aislamientos y adecuaciones siguiendo criterios de flexibilidad, bioseguridad y funcionalidad.

Las ciudades, representan en otros aspectos el espacio donde nos desarrollamos colectivamente, que nos permite movilizarnos para acceder a servicios necesarios, salud, educación, trabajo, esparcimiento, estamos seguros que una revisión de la configuración de la ciudad en función de la movilidad, el espacio público y la densidad permitirá que estemos mejor preparados para solventar futuras pandemias.

Estos ejemplos nos llevan a que independientemente de la mayor o menor complejidad de las edificaciones, la arquitectura desde la integralidad de su acción debe estar presente como ciencia en dar respuesta a las necesidades físicas y espaciales de las personas. Que la respuesta arquitectónica repercute más allá de solventar necesidades espaciales, tiene que ver con la salud física, e impacta incluso en la salud emocional de los usuarios de las obras; sean estas residencias, hospitales, oficinas, etc. La responsabilidad de los arquitectos en el desarrollo de las viviendas, la ciudad y el territorio es directa, esta responsabilidad profesional debe llevarse hasta concientizar a la sociedad en general, que la arquitectura es una necesidad, que el diseño de toda edificación debe ser elaborada por un arquitecto.

La cuarentena y el aislamiento con sus implicaciones espaciales en las residencias, oficinas, escuelas, las ciudades y en general los espacios que permiten el desarrollo de las actividades humanas; corresponderá a los arquitectos realizar estos estudios y dar respuesta, está clara la necesidad de conformar equipos multidisciplinarios, pues los resultados en muchos casos exigirán tanto respuestas naturales como mecánicas.