El valor de lo escaso

MA/12 de October de 2021/12:55 a. m.

El otro día estuve viendo un documental acerca del oro y su valor. El realizador del reportaje, hacía alusión al hecho de que casi no hay elementos tan poco útiles para la supervivencia y a la vez tan caros como el oro… entonces surge la obvia pregunta: ¿Por qué cuesta tanto? Allí mismo se dio una explicación; resulta que el oro es escaso y hay que hacer uso de mucho esfuerzo y recursos para tener acceso a él.

Por alguna razón (posiblemente por su belleza y pureza) el ser humano le ha adjudicado un valor que algunos incluso llamarían “ilógico” tomando en cuenta sus reales beneficios para la vida cotidiana de las personas.
Yo quiero ir más allá y hacer una pregunta incluso más grande: ¿Por qué lo escaso es caro?
En búsqueda de una respuesta concisa y precisa, encontré lo que Daniel Correal (Pregrado en Economía, Universidad de los Andes, Colombia) contestó en un foro abierto en Internet:

“Hay que remontarse a los fundamentos de la Microeconomía. En un modelo de oferta y demanda clásico, el precio de un bien incrementa hasta volverse “caro” cuando la demanda del mismo sobrepasa la oferta de equilibrio. Es decir, a medida que el número de personas que desea un bien aumenta más que la cantidad disponible de este, su precio incrementa. Luego, si esto ocurre en gran medida, el bien pasaría a considerarse como escaso.

Un ejemplo para ilustrar esto lo propuso Adam Smith con la paradoja del valor. Esta idea, gira en torno al ejemplo de lo que representa el agua y los diamantes para nosotros. Si bien el agua es vital para nuestra supervivencia como especie, el equivalente de un kilo de diamantes es mucho más caro por su escasez, por más ilógica que parezca esta comparación frente al agua, nuestro recurso más preciado.
Ahora, dentro de la pregunta existen diversas limitaciones. La escasez se define como algo limitado e insuficiente, por lo que es pertinente aclarar que no se puede ver lo escaso como un valor absoluto frente a solo la cantidad, sino como algo relativo que depende de la demanda”.

En resumen, para que un bien o servicio se considere costoso, necesita de dos características: debe ser escaso y debe tener mucha demanda.
A lo largo de los años he escuchado un sinfín de ocasiones que las obras de arte son caras; algunos aceptan este hecho como algo justo, pero muchos condenan esta situación. Yo soy de la postura que el arte en sus diferentes manifestaciones debería ser accesible a todos; me refiero al hecho que nuestros impuestos deberían ser utilizados en parte para la promoción del arte en la niñez y juventud, creación de museos y galerías, implementación de programas de educación artística en los estudiantes; en fin, estoy segura que entienden a que me refiero.

Sin embargo, después de ver el reportaje del oro y de leer un poco acerca de conceptos económicos como la oferta y la demanda, he logrado entender mejor porque una obra de arte es “costosa” … ¿Qué más corto que el viaje que el ser humano da en el planeta Tierra? ¿Qué más escaso que el genio de un talento cultivado? ¿Qué más irrepetible e imposible de recrear que un estado de ánimo en una persona capturado en una canción, poema, escultura o pintura? ¿Cuántas estrellas se tienen que alinear para que todo coincida y se cree una obra magistral? ¿Qué podríamos hacer para que Miguel Ángel nos hiciera hoy una de sus obras?…

Dejando por fuera el tema de la demanda y concentrándonos solo en el de la escasez, no cabe duda que el buen arte es incluso más valioso que el oro.