Por: Lic. Gustavo Adolfo Milla Bermúdez
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Hagamos un recorrido histórico de la ciudad de “GRACIAS A DIOS” recordando a los distinguidos literatos e historiadores de nuestra patria, doctores: don Rómulo E. Durón, don Julián López Pineda y don Leopoldo Aguilar O.; quienes guardaban amor entrañable para la ciudad de GRACIAS A DIOS, la histórica ciudad de don Pedro Alvarado y don Fray Bartolomé de las Casas, fueron piedra granítica y de mucho valor para el pueblo graciano.
Los gracianos, especialmente el Presidente, abogado Juan Orlando Hernández Alvarado, debe estar altamente complacido y orgulloso junto con los demás moradores de la histórica ciudad de “GRACIAS A DIOS”, a la que cupo el honor de haber albergado, por algún tiempo a don Fray Bartolomé de las Casas, una de las figuras más interesantes de la época colonial, al ver lo que las glorias pasadas de la noble ciudad española, que fue rememorada en aquel entonces por las bien cortadas plumas de aquellos hombres ilustres de múltiples facetas, que hoy reflejan ante la historia de nuestra patria, don Rómulo E. Durón, don Julián López Pineda y don Leopoldo Aguilar O. La historia se engalana en recordar esos ilustres varones.
La ciudad de GRACIAS A DIOS (la ciudad de Gracias de hoy), fue escogida para que fuera el asiento de la Real Audiencia que gobernaba las provincias de la América Central, por su posición geográfica, por hallarse situada en los cofines de las provincias de Honduras y Guatemala y cercana a la de Nicaragua, por lo cual este alto tribunal fue designado con el nombre de Audiencia de los Confines. La Audiencia de GRACIAS A DIOS, ejercía jurisdicción desde el territorio que es actualmente el Estado de Chiapas, en México, hasta la República de Panamá, y así se explica por qué el obispo de Chiapas, Fray Bartolomé de las Casas, en vez de recurrir a la Audiencia de México, hizo sus instancias ante la Audiencia de GRACIAS A DIOS para que este alto tribunal diera las disposiciones necesarias, para que las nuevas leyes de indias fueran cumplidas en el territorio que estaba bajo su mando.
La ciudad de GRACIAS A DIOS fue fundada en el año 1536.
El orden sucesivo de las primeras fundaciones de ciudades en Honduras da a la de GRACIAS A DIOS el octavo lugar, así: SAN GIL DE BUENA VISTA, fundada por Gil González Dávila en marzo de 1525; TRIUNFO DE LA CRUZ, por Cristóbal de Olid, el 3 de mayo del mismo año; TRUJILLO, por la gente de Francisco de las Casas y a nombre de este, el 18 de mayo de 1525; la NATIVIDAD de nuestra señora de Puerto Caballos, por Hernán Cortés, el 8 de septiembre siguiente; BUENA ESPERANZA, por Andrés de Cereceda, en 1534; La VILLA DE JEREZ de la frontera de Choluteca, por don Cristóbal de la Cueva en 1535; SAN PEDRO SULA por el adelantado don Pedro de Alvarado, el 27 de junio 1536; y GRACIAS A DIOS, por Juan de Chávez, no sabiéndose la fecha de la fundación, presumiéndose la fecha del 20 de julio de dicho año 1536; porque esta fecha hizo Alvarado el repartimiento de la ciudad.
“Históricamente la ciudad de GRACIAS A DIOS recibió este nombre porque habiendo andado Juan de Chávez, por orden del adelantado Alvarado, muchos días por sierras y montañas, buscando donde fundar una población en punto que sirviese de comunicación con las provincias de Guatemala, al hallar tierra llana junto a un río, exclamaron todos los que con él venían cansados de tan largo camino: “¡Gracias a Dios que hemos hallado tierra llana!
“¡Hoy en la ciudad de GRACIAS en el siglo XXI, se reúne el Congreso Nacional para sus debates, por decisión del presidente, Juan Orlando Hernández, hace resaltar apoteósicamente “la ciudad ¡luz de gracias!”. “¡La historia se repite. Siendo el general Medina presidente de Honduras, convertía la ciudad de Gracias en la “capital” y reunía al Congreso Nacional. ¡Aplaudimos al Presidente Hernández por su lucidez mental!
