Primavera y política

ZV
/
6 de marzo de 2021
/
12:04 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Primavera y política

Hacia nuevo paradigma educativo

Por: Noé Pineda Portillo
[email protected]

La primavera como estación del año y determinada astronómicamente en su comienzo al 21 de marzo de cada año en el hemisferio norte, es de mucha importancia por la alegría que provoca a los habitantes de las latitudes medias y altas que son los que más sufren del crudo invierno como la estación que precede. Y es que la estación de primavera que aparece con el sol radiante, no solo es alegría para los humanos sino para todos los seres vivos (plantas y animales), pues recuperan sus energías y empiezan nuevos ciclos de vida con el apareamiento y gestación de esos seres vivos. Quien habiendo vivido o conocido esas latitudes medias y altas no ha visto con alegría saltar y retozar a mamíferos de todo tipo, así como las diferentes clases de aves desde los pájaros más pequeños hasta los más grandotes. Se trata de una verdadera fiesta de la naturaleza. Para los romanos, significaba primera estación del año.

Aunque parezca no perceptible para muchos, pero también en nuestro trópico se da la primavera, solamente hay que ser acucioso y observar la naturaleza. En esta temporada de cuaresma vemos florecer a muchos tipos de plantas y es la alegría de muchos animales. Así vemos que aparecen las flores de izote o penco, de mangos, caraos, aguacates, madre cacao o madreado, pitos, guamas, etc.

En la política, al igual que la primavera que llega, es el tiempo exacto para pensar el futuro de un país, de una sociedad, sobre todo, cuando un ciclo está por terminarse e iniciar uno nuevo a través de un proceso de elecciones de autoridades supremas, pues como un ciclo que resurge, al igual que el día y la noche. Aquellos que consideran que las leyes de la naturaleza son aplicables también a la sociedad, han hecho de la floración el símbolo del cambio de las ideas. Semilla, flor y pradera, son el símbolo de la creatividad igualitaria bajo el equinoccio de primavera.

Con la primavera en lo político, también se cierran ciclos y estamos ante uno marcado por la violencia que como una vorágine nos envuelve a todos en el continente americano y en otras partes del mundo. Lo cual nos induce a movernos en solidaridad para atacarla de frente pero en común, no aisladamente. Porque al igual que las estaciones del año y con el efecto invernadero nos afecta a todos con los movimientos de rotación y traslación terrestre.

Para los partidos políticos seguidores de las ideas progresistas, comprometidos con la causa democrática participativa, el reto del futuro en esta primavera es la recomposición de valores y principios, pues sin ellos no puede haber una nueva práctica política. Los problemas sociales actuales y los que se avecinan no se resuelven solo con fuerza o adheridos a la idea del poder, sino de las ideas para cambiar estructuras obsoletas y ser reemplazadas con nuevas ideas.

La urgencia por evitar los problemas riesgosos que ponen en peligro la integridad social, es restablecer el tejido social perdido en aras de un individualismo que no sirvió para enfrentar los nuevos problemas. Para ello se necesita un ejercicio de la política que se identifique y sea parte de la vida cotidiana y no como es vista desde el poder: como lo menos importante.

Primavera y política tienen mucho en común para alcanzar un nuevo horizonte, y se puede construir ese horizonte si se alcanza la unidad entre esos objetivos, entre lítica y sociedad e insistir en cambiar y unificar.

Más de Columnistas
Lo Más Visto