TRABAJO, MIGRANTES Y PLAN AJENO

MA
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29 de marzo de 2022
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12:25 am
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TRABAJO, MIGRANTES Y PLAN AJENO

POCO se habla de salidas reales a los imparables éxodos migratorios. Ni cuál sea –por favor que no salgan con recetas de medicamentos vencidos–el remedio para rehabilitar la postrada actividad empresarial y la solución para tanta gente sin trabajo. “Las fuerzas de seguridad de Guatemala detuvieron a 65 migrantes hondureños y un nicaragüense que se dirigían con rumbo a Estados Unidos tras ingresar de manera irregular”. Ya no es como antes cuando los integrantes de la primera caravana organizada aquí –en las proximidades de una Semana Santa– fueron recibidos con los brazos abiertos tanto en México como en los otros países en tránsito. Entonces, los caminantes eran atendidos por gente solidaria –recibían comida, agua, ropa, medicinas y sombra para descansar– en poblados y ciudades a lo largo del camino. La procesión fue cubierta, durante su agotador recorrido, como una especie de “reality show” por noticieros locales y las cadenas informativas internacionales.

El peregrinaje reventó en escándalo cuando los marchantes, particularmente madres e hijos y niños no acompañados intentaban cruzar la frontera entre México y los Estados Unidos. La sorprendida autoridad norteamericana no encontraba forma de lidiar con el aluvión. Los refugios fronterizos se llenaron y el drama humanitario adquirió otra vez matices políticos. El masivo flujo de indocumentados –considerado como invasión por el inquilino del Salón Oval– captó atención inusitada. La inmigración topó con la mano dura del gobierno republicano. El ambiente inicialmente receptivo a gente desesperada cambió a uno de hostilidad. Trump dispuso levantar una gran muralla a lo largo de toda la frontera. Dijo que México cargaría con el costo de la construcción obligándolo a negociar un TLC en condiciones mucho más desventajosas para los mexicanos. El gobierno –bajo amenaza de sanciones– no tardó en claudicar. AMLO –condescendiente a las condiciones impuestas por su poderoso vecino del norte– desplegó unos 50 mil guardias nacionales a atajar migrantes. Los retornados a la espera de resolución a su solicitud de asilo –vaya respeto a los derechos humanos– fueron recluidos en refugios de mala muerte. Al rato vinieron los acuerdos migratorios y de cooperación de asilo, alias de “tercer país seguro”. Washington –sensitivo al problema humano– prometió recursos a un plan integral de desarrollo del Triángulo Norte. Nada llegó.

Siguen a la espera de recursos de otro plan ofrecido por la actual administración enfocado a las “causas raíz” de la migración –desempleo, vulnerabilidades, pobreza, inseguridad, desastres naturales, inestabilidad política– en los países de origen. Como aquí les cuesta hasta elaborar sus propios planes, de “ocho con yo” metieron a la CEPAL. La mexicana directora dio pase de cortesía a México dentro de un plan destinado a los países centroamericanos. (AMLO a inicios de su gestión propuso un plan mexicano para lo mismo. Aparte de unos proyectos de nombre rimbombante para los que puso un modesto enganche, no hubo ningún otro financiamiento de seguimiento). Nomás supo del plan integral ofrecido por los norteamericanos, ni corto ni perezoso, se montó a tuto. Como oportunidad de capar recursos para lo suyo. Sacarlos de un plan ajeno y destinarlos a aliviar las paupérrimas condiciones de los atrasados sectores del sur mexicano. Uno de estos días –anunció hace poco– se aparece por estos pintorescos paisajes acabados. A explorar en conjunto –todos pendientes de los recursos de los norteamericanos– manera de cómo hacerle frente a la migración. (¿Y en ese plan –pregunta el Sisimite– por el daño a la naturaleza y a las fuentes de agua, habrá algo para reforestar estos cerros pelones?).

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