Diferente gonfalón, mismas pillerías

El gobierno que encabezó el expresidente Hernández Alvarado en dos períodos consecutivos (el último, un atropello a la legalidad), fue nefasto. Salpicado de altísimos índices de corrupción y narcotráfico, por ende, se volvía un imperativo categórico derrotarlo a él y a su partido en masivas elecciones democráticas y sacarlo de un solo golpe del poder, tal como aconteció en los pasados comicios de noviembre de 2021, donde se sumaron a Libre los votos de una coalición enardecida compuesta no solo por la gente del PSH, sino además, por el favor de muchísimos liberales, nacionalistas, indecisos, independientes y jóvenes que ejercían el sufragio por primera vez.

Pero es una lástima y una preocupación, que en poco más de 4 meses de este gobierno, aparte del nepotismo por el familión, o el nombramiento cegato de algunos secretarios ministeriales y uno que otro director de una oficina pública, comiencen ya a darse las primeras acciones de ilegalidad y desacierto que presagian cosas peores venideras. Para empezar, un decreto de impunidad que tiene dedicatoria, con nombre y apellido, pues limpia el comportamiento oscuro de al menos 3 personajes vinculados con la corrupción y la criminalidad. En el mismo Congreso Nacional, existe una junta directiva de dudosa legalidad en su nombramiento. Como así mismo, se sabe de al menos 2 diputados que tienen prohibición legal para integrar el hemiciclo, es más, la prohibición les impedía siquiera postularse a cargos públicos, y aquí no ha pasado nada… ni pasará.

Y en las revueltas, característica de la casa, un flamante diputado arroja piedras a su antojo y queman llantas ante una oficina pública, y el tipo de amarras lo justifica haciéndose pasar por un moderno Moisés. ¡Bárbaro, te va a caer un rayo en seco! Por supuesto, no podía faltar, que ante una anunciada no reprimenda policial, los gremios, asociaciones y grupos de intereses, al no verse satisfechos sus reclamos, se tomen reiteradamente carreteras, calles, entradas a las ciudades, con las consiguientes pérdidas para la economía del país y el incordio de los particulares… y parte sin novedad.

La criminalidad sigue a la orden del día, lo mismo que los galopantes incrementos al combustible, agravado por los conflictos armados internacionales. Mientras tanto los medios de comunicación anuncian próximas caravanas de migrantes. La paralela al Ministerio Público es otra polémica más, lo mismo que el escándalo de la senadora colombiana llevándose del país una buena tajada de dólares sepa Dios con qué propósitos. Me pregunto: ¿ajá, y donde está el pronunciamiento y defensa de los flamantes diputados del PSH? 3 de ellos, excelentes críticos en el pasado de la situación calamitosa del país, pero ahora, guardan un sepulcral silencio, que por si no lo saben o lo ignoran, se llama complicidad. ¡Qué pena!

J.J. Pérez López.
Barrio El Manchén
Tegucigalpa, M.D.C.