Solo los necios no pueden entenderlo

OM/28 de April de 2020/12:17 a. m.

Por Coronel ® José Antonio
Pereira Ortega

El prudente ve el peligro y lo evita, el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias.

Proverbios 27:12

Como muy bien lo planteaba Napoleón: “Si quiere fracasar no haga planes”, en el entendido que para toda situación presente o contingencia eventual se debe tener algo previsto, sé muy bien que en este momento traer esto a colación con la pandemia encima, es más de lo mismo o sea es llorar sobre la leche derramada, sin embargo estimo que se debe recalcar en esto, y en mi caso puedo referirlo por mi experiencia personal enfrentando situaciones de desastres desde el año 1972, cuando siendo un novato oficial, recién graduado de subteniente de Infantería, fui miembro del contingente de asistencia humanitaria enviado por Honduras, en especial a los residentes en la capital Managua, abatida por el terremoto que destruyó gran parte de la infraestructura de viviendas, en su mayoría en el centro de la ciudad, una terrible destrucción que además causó la muerte de una gran cantidad de personas, allí por primera vez tuve ante mis ojos cuadros dantescos de destrucción y muerte, que después se repitieron en Honduras en Choloma, Cortés, en 1974 con el huracán Fifí, y luego con menor intensidad, participé en una serie de eventos destructivos vía inundaciones en la costa norte, hasta el demoledor huracán Mitch en 1998, considerado hasta antes de esta epidemia la peor desgracia que había azotado nuestro país en los últimos años.

Hago mención de estos eventos, solo para respaldar mi comentario con el conocimiento de las lecciones aprendidas de esos desastres naturales, pero también porque en todos encontré reiterativas prácticas nocivas en la gobernanza y la convivencia sociopolítica, entre ellas: no habían planes, no habían recursos, una prevalencia del interés político sobre el social, una apatía por cumplir las disposiciones oficiales y sobre todo una enfermiza y mezquina actitud para realizar actos de corrupción tanto del funcionario del Estado como de muchos empresarios oportunistas siempre dispuestos a traficar con las necesidades del pueblo.

Dejo un comentario aparte por la repetitiva falta de cooperación entre las diferentes organizaciones políticas, sus partidarios como partido y de manera individual, toman ventaja y pervierten la desgracia del prójimo en una brillante oportunidad para continuar los unos, y los otros en la oposición para torpedear al que está en la silla y montarse ellos, para hacer más de lo mismo, tal y como se ha demostrado en el manejo de emergencias en los últimos años, en todas han sido permanentes las denuncias de corrupción y mal manejo de los fondos nacionales y de las ayudas internacionales, sin castigo para nadie.

De manera general y atendiendo conceptos doctrinarios, las crisis son dolorosas y desgarradoras pero también son un aprendizaje y una oportunidad para resurgir con mayor ímpetu y sobre todo con mejor actitud y contando con una fuente de lecciones que se deben constituir en aprendizaje obligatorio para enfrentar futuros problemas.

De allí que, ya con 44 días de estar en esta crisis contra la vida, debemos familiarizarnos que para atender una crisis se necesita tomar decisiones rápidas pero seguras, se debe actuar rápido pero ordenado, preocupado por detener el problema y después tomar el camino de la adecuada resolución del mismo, lo cual requiere:

1. Una buena gestión de las emociones propias de una crisis.

2. Comprender el rol del líder.

3. Conducir acciones puntuales y eficaces, entender que no todo movimiento es acción.

4. Producir información y comunicación veraz y convincente que oriente al pueblo en su actuar durante la crisis.

Es casi seguro que el equipo de manejo de crisis del gobierno, está instruido para actuar de la mejor manera posible y poder reducir los estragos mortales que la pandemia presagia, y por lo cual es recomendable que el resto de los componentes sociales, políticos y económicos del país le demos la oportunidad de trabajar, es tiempo para que enfrentemos juntos a este monstruo, sin divisiones ni antagonismos políticos partidarios, compenetrados, que sufre el pueblo entero y no solo el Presidente y su gabinete, después de la crisis se pueden realizar las acciones de auditoría y proceder legalmente en caso de exabruptos y corrupción en el manejo, todo tiene su tiempo, pero ahorita no nos desgarremos las vestiduras sin necesidad.

Visto así, para finalizar quiero concentrarme en el peligroso factor negativo que juega a favor del COVID- 19 y multiplica la amenaza por contagios masivos, me refiero a la necedad y a la terquedad de las personas y por ello he nominado el título copiado del Salmo 92: 6 “Solo los necios no pueden entenderlo”, irrita la conducta de mucho ciudadano irracional, indisciplinado e irrespetuoso que cobijado en necesidades creadas se pone en peligro él mismo y amenaza la salud de su familia y del prójimo al no respetar la decisión de quedarse en casa y no salir si no es necesario.
Por supuesto es comprensible que hay personas que necesitan salir por diferentes razones justificadas,