Se busca un generador de empleo

ZV/25 de March de 2021/12:01 a. m.

Por: Álvaro Sarmiento
Especialista Internacional en Comercio y Aduanas.

Los datos de menores centroamericanos, en su mayoría hondureños, sin compañía que se encuentran en la frontera de los Estados Unidos es sencillamente escalofriante, cada día llegan en promedio 550 jóvenes o niños a la frontera, según Nick Miroff de The Washington Post, hace un año el número más alto de estas entradas fue en marzo con 11,400 chicos cruzando la frontera, según las proyecciones actuales, esta cifra puede superar los 17,200 para el actual mes (marzo /2021). Las fotografías de este fin de semana, de un centro de detención o más bien de acogida son sobrecogedoras, donde la capacidad de las instalaciones está superada en 1500%. Parece que la prioridad del presidente Biden es resolver la situación de todos estos muchachos, ya que es moralmente inaceptable -por los momentos- regresarlos a sus lugares de origen.

El problema interno y legal para el mismo gobierno federal es complejo, según el mismo reporte del WP, el CBP (autoridad de aduanas y fronteras), tiene un plazo de 72 horas para trasladar a estos menores al Health and Human Services, cosa que ahora se demora casi el doble, y la misma HHS tiene sus centros de acogida totalmente llenos. Sin tratar de profundizar sobre los riesgos que implica que esta población de menores está compuesta por adolescentes de 15 a 17 años y menores de 12 años, hombres y mujeres, con reacciones y modos de responder frente a la autoridad, de maneras muy diferentes, siendo resguardados por oficiales del orden, entrenados para detener narcotraficantes, coyotes o simplemente adultos, se puede percibir una crisis sin precedentes, con un flujo de personas cada vez más grande, desde nuestros países.

Seguramente se habilitarán mayor cantidad de albergues o lugares para que estos menores puedan estar, durante un tiempo definido, pero qué sucederá después? Quién se encargará de su alimentación, salud, educación, etc.? Como los humanos funcionamos con incentivos, si los incentivos para jugarse la vida cruzando Guatemala y México se mantienen, cada vez veremos más niños catapultados hasta los EUA.

El problema de fondo permanece. Falta de seguridad básica para vivir o montar el negocio que sea. Ausencia de plazas de trabajo, poca creación de nuevos empleos para las mujeres, los jóvenes e inexpertos, inversión a cuenta gotas, y un año electoral donde muchos votantes que se quedan (el resto votará con sus pies) escogen a candidatos que seguramente no confiarían como novios de sus hijas.

Si nos equivocamos una vez más en estas elecciones, con un populista, o un influencer, o un político que repite de manera automatizada que con él/ella, todos los problemas estarán resueltos, seguramente la República no sobrevivirá más que su bicentenario.

Los gremios empresariales, la autodenominada sociedad civil, las instituciones que fomentan iniciativas por los más necesitados, los columnistas de los medios de prensa, tenemos el deber de orientar o exigir a todos los candidatos planes específicos y detallados para la recuperación económica del país y reconstruir el Estado de Derecho, todo fundamentado en la paz y seguridad ciudadana.

Honduras es como una empresa que sale a la calle cada cuatro años en búsqueda de un administrador con el título altisonante de presidente de la República, un hacedor de empleos sostenibles y que no pretenda hacerlo a cuenta del presupuesto gubernamental, un facilitador de la inversión para que cualquier emprendedor arriesgue su capital, y genere nuevos empleos.

Candidato/a, si quiere que votemos por usted, muestre cómo va a facilitar las cosas para generar nuevos empleos. El resto del discurso lo podemos ver después.

<sarmientomalvaro@gmail.com