Nueva Ley del sector eléctrico al estilo socialista

ZV/14 de May de 2022/12:01 a. m.

Por: Ivonne Tábora
Lic. en Periodismo, relacionista pública.

La nueva Ley de Energía ya fue aprobada en el Congreso Nacional, luego de haber causado revuelo y preocupación con su introducción, en diferentes sectores del país y hasta en extranjeros, pues se teme se avecine una afectación directa a la inversión privada y una posible nacionalización, con la excusa de reorganizar todo este caótico sistema, mejorar tarifas, brindar mejor servicio, etc.

Hace unos días, en torno al tema, la embajadora de EEUU, Laura F. Dogu, señaló al gobierno de la Presidenta Xiomara Castro de Zelaya, que preocupaba el efecto que tendría sobre la inversión extranjera y la independencia de la agencia reguladora.

Pero el soberano CN, ya la aprobó en su totalidad esta denominada Ley Especial para Garantizar el Servicio de Energía Eléctrica como un bien público de seguridad nacional y un derecho humano de naturaleza económica.

Se supone que esta ley vendrá a abaratar los precios, ampliar la cobertura, también la revisión y renegociación de varios contratos onerosos, entre otros beneficios que parecen prometedores, pero no a todos convencen.

Algunos analistas opinan que el verdadero fin que persigue el Estado, es nacionalizar, un tema meramente político e ideológico, y no suponen que venga a abonar a la búsqueda de equidad, estabilidad, disminución de pobreza, que tanto anhelamos los hondureños.

Según Economipedia, la nacionalización es el proceso mediante el cual, el Estado pasa a ser propietario o controlador de bienes o actividades que hasta la fecha pertenecían al sector privado.

Se conoce que la mayoría de los países que utilizan el mecanismo de la nacionalización, son los comunistas o socialistas, que bajo ese precepto nace este concepto que tiene su origen como práctica solo a partir de la creación del Estado, y busca un solo objetivo que es hacer público lo privado, sobre todo si hablamos de propiedad privada.

Los países socialistas ya sabemos que persiguen todo el control posible, ya que les interesa dominar todo el capital que puedan, supuestamente en defensa de los intereses comunes o del pueblo.

Las nacionalizaciones siempre crean una alarma en la empresa privada, pues las miran como una amenaza y sienten una intromisión, y esto al final puede provocar que, en vez de atraer más inversiones, que tanto necesitamos, las ahuyenten.

Sumemos a esto que las experiencias en otros países nos deben de alertar y servir de prevención, por ejemplo el país en Latinoamérica que más ha nacionalizado empresas, es Venezuela, bajo el gobierno del extinto Hugo Chávez, con miras a un futuro mejor, y con su discurso populista, nacionalizó empresas petroleras, de telecomunicaciones, bancos, plantas de leche y otras y ojo, los que menos obtuvieron dinero, fueron los mismos venezolanos, sumado a la reducción sin precedentes de inversión extranjera directa que sufrieron y continúan padeciendo.

Otro país que ha llevado a cabo varias nacionalizaciones, es el país hermano centroamericano, de Nicaragua, con el gobierno de Ortega, quien recientemente recibió una exigencia por parte del movimiento de Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua, PCIN, para que devuelva los medios de comunicación que mantiene ocupados, entre ellos el diario La Prensa, el más antiguo de ese país.

Aparte del tema de la nacionalización, no se puede negar que esta nueva ley del sector energético en el país, aparece en un momento crítico, ya que las sumas oficiales de déficit que presenta la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, rondan los 70,298 millones de lempiras al mes de febrero de este 2022.

Por lo que las cuentas a pagar a los proveedores son ya insostenibles, no podemos tampoco tapar el sol con un dedo, algunas empresas han realizado durante años, cobros excesivos y nocivos, afectando directamente a los más pobres, operando con poca o nada de eficiencia, solo pensando en sus ganancias, y, sin ninguna justicia social.

Creo que se necesita un reenfoque en torno al tema, que no se busque nacionalizar, sino renegociar con las empresas o contratar nuevas, que intenten mecanismos para reducir las pérdidas urgentemente, pues necesitamos un servicio moderno, eficiente y con precios competitivos.

El acceso a la energía es sumamente importante para combatir la pobreza en un país, así que, de las decisiones de hoy, dependerá cambiar la vida de millones de hondureños.

@IvonneTabora
yvonnemt2002@yahoo.com